Con la llegada del final del verano las zonas turísticas ven como bajan los precios de muchos productos. En una pescadería de Malascañas el lenguado cuesta hoy menos de la mitad que a mediados de agosto y el kilo de sardinas roza los dos euros y medio cuando a principios de agosto llegó a superar los ocho. Los comerciantes de las zonas que registran en estas semanas una menor afluencia de turistas también reducen la compra de género y la contratación de personal. Las rebajas también llegan al mercado de alquiler y muchos lo aprovechan. Arrendar un apartamento para la primera quincena de septiembre puede costar la mitad que en plena temporada alta.