Libia se prepara para un nuevo derramamiento de sangre. Los opositores al régimen se dirigen a Trípoli dispuestos a desalojar a Gadafi del poder. El dictador se ha atrincherado en la capital después de perder el control de la mitad del país. Sus mercenarios han jurado protegerlo con fuego. Obama condena el baño de sangre y en Europa crece el temor a una avalancha de refugiados.