Es la ira del pueblo turco por los más de 200 mineros muertos en la mina de Soma. Los cócteles molotov y el lanzamiento de objetos y fuegos artificiales no han cesado durante toda la noche en Estambul, después de una jornada intensa de protestas en todo el país. La policía, acorralada, a duras penas podía controlar la furia ciudadana. La rabia por la tragedia, sumada a la indignación y desesperación, ha dado paso a la cólera.