En octubre de 2008 el aeropuerto de Ciudad Real iniciaba como el caballero andante que le dió nombre, su viaje imaginario en un caballo de madera. Don Quijote -el aeropuerto y el caballero-creyeron volar, pero sólo mientras les daban aire con un fuelle. Ahora, el primer aeropuerto privado de España cierra su única pista de 4.000 metros. Adiós a esa terminal de pasajeros de 28.000 metros cuadrados con capacidad para cinco millones de viajeros, y una zona de carga para mover hasta 90.000 toneladas anuales.