La mujer, de nacionalidad panameña, aterrizó en el Prat procedente de Bogotá en Colombia, en un vuelo de los denominados calientes por la policía. Varios agentes sospecharon de ella porque se encontraba nerviosa. Al interrogarla no supo contestar a las preguntas y decidieron cachearla. La sorpresa de los agentes fue monumental cuando vieron unas gasas ensangrentadas bajo los pechos. Al levantarlas, comprobaron como la mujer tenia dos cortes de cinco centímetros cada uno bajo sus senos y en su interior asomaban dos cuerpos extraños. La mujer alegó que había sido sometida a una intervención de cirigía estética hace un mes pero, esa versión, al ver las heridas sangrantes no convenció a los policías. La llevaron al hospital y allí comprobaron como en su interior llevaba dos prótesis caseras rellenas de cocaína, en total un kilo cuatrocientos gramos.