A las puertas del polideportivo de Fontes do Mar, ahora un improvisado tanatonio, todavía decenas de personas continúan con la eterna espera. Sus caras reflejan el dolor, la angustia y las terribles horas de incertidumbre. Abrazos y gestos de apoyo para aquellos que han perdido a sus seres queridos en el accidente y apoyados en todo momento por un equipo de psicólogos que intentan mitigar su ansiedad.