A pesar de la polémica, los vecinos del municipio tarraconense de Rasquera votan hoy si quieren o no que se cultive marihuana. Es su particular opción para ayudar a salir de la crisis. Los ochocientos habitantes del pequeño pueblo deben decidir si quieren que el Ayuntamiento ceda unos terrenos para que una asociación cannábica explote una plantación de marihuana. La producción se destinaría al autoconsumo de sus socios. La iniciativa ha dividido al municipio y está siendo estudiada por la justicia.