El párroco de Borja, Florencio, robó presuntamente porque estaba siendo extorsionado por los cinco detenidos. Son miembros de un clan gitano que le amenazaron con divulgar grabaciones que habrían conseguido al mantener el cura, supuestamente, relaciones con dos familiares. Para evitar esa difusión, dice el juez que el cura de Borja descuidó de la cuentas de la iglesia hasta 210.000 euros. Aunque medio pueblo pone la mano en el fuego por él.