El incendio en la Reserva Natural de Inagua, en Gran Canaria, sigue sin estar extinguido porque todavía hay focos activos. Pero la situación es mucho mejor; ya no sopla viento fuerte y los medios aéreos han podido combatir los focos. Han sido más de 1.000 hectáreas quemadas y una decena de casas afectadas. Como la de Juan Carlos. Junto a su hermana tuvo que sacar como pudo a su madre de 92 años. En otra finca cercana se puede ver una imagen muy triste: cerca de 35 cabras y ovejas muertas que no pudieron huir. Sí están controlados los fuegos de Tenerife, con seis municipios afectados. Los vecinos vuelven para comprobar que lo han perdido todo. El peligro en las islas sigue siendo que el viento vuelva a dar alas a las llamas.