José Sánchez Ruano, asesor económico y vocal de la Cámara de Comercio de Las Palmas, cree que la reformulación de la RIC propuesta en diciembre de 2007 se encontró con un problema añadido que le ha impedido operar como un instrumento fiscal efectivo: la crisis.

"La nueva RIC intentaba corregir las distorsiones que venía ocasionando en el mercado inmobiliario, pero se ha metido por medio la crisis y ha cambiado todos los parámetros de todos y todo", explica Sánchez Ruano, que no se atreve a hacer un juicio sobre el éxito o el fracaso de esta RIC, que lleva algo más de año y medio en vigor. "Un año no es nada", explica.

Similar opinión tiene Sebastián Grisaleña, que recuerda la importante crisis económica que atraviesa el tejido empresarial canario, lo que lo ha llevado a retraerse en sus iniciativas para la materialización y acudir a lo que parece menos arriesgado. "El año 2008 ya fue un año de poco beneficio, un año en el que el beneficio de las empresas cayó sensiblemente", comienza a explicar Grisaleña, para el que, al fin y al cabo, la inversión en deuda pública no deja de ser positiva. "La compra de deuda pública con RIC ha sido un beneficio para la sociedad", explica el presidente de la patronal.

Hay que recordar que, en vista de estas dificultades pa-ra la materialización de los fondos RIC por la crisis, el Gobierno canario, a través de su consejero de Economía y Hacienda, José Manuel Soria, propuso al Ministerio de Economía y Hacienda una prórroga de un año, prórroga que no cuajó porque Economía y Hacienda no accedió a la peti-ción que le presentó el Ejecutivo autónomo.

Una de las críticas más importantes que recibió la RIC en su formulación original es que contribuyó a distorsionar un mercado inmobiliario ya in- flado de por sí. La inicial RIC permitía adquirir inmuebles para destinarlos al alquiler durante cinco años, siempre que la empresa que lo hiciera tuviera ese objeto social. Así, se exigía por parte de la sociedad que tuviera un establecimiento y al menos un trabajador dedicado al alquiler. Pero transcurridos estos cinco años, se podían poner a la venta los inmuebles adquiridos con dinero RIC para alquilarlos. Esto creó una verdadera demanda de pisos y el rótulo "apto para RIC" se convirtió en una coletilla común en los anuncios de venta de inmuebles hasta finales del año 2007, cuando se prohibió esta posibilidad.