Los reglamentos quieren encorsetar de un modo tan ajustado la parte del mundo que se ha encomendado a sus redactores que en ocasiones caen en el esperpento. Más de cuatro mil familias griegas seguían cobrando la pensión correspondiente a funcionarios que habían fallecido. Esto sería más difícil en el Archipiélago, porque el Estatuto de los Diputados no deja lugar a dudas y especifica que el parlamentario perderá su condición de tal "por fallecimiento". A un fontanero, un médico o un futbolista les sucede exactamente igual, pero no suele existir un artículo publicado en el Boletín Oficial de Canarias que así lo declare explícito. Hasta en esto se mueven en un mundo distinto, hecho a su medida y que se antoja extraño y casi onírico a ojos de la ciudadanía.

En la galería de los elegidos sólo hay sitio para sesenta personas. Cuando entran por primera vez por la puerta de la sede parlamentaria lo hacen como abogados, profesores, médicos, antiguos técnicos de servicios sociales, licenciados en empresariales o farmacéuticos. Una vez traspasan ese umbral son ungidos y reciben el tratamiento de Excelencia. El reglamento, actualizado el 17 de julio de 2009, no especifica que la población deba inclinar la cabeza a su paso.

Cuando un joven de una tribu masai queda declarado guerrero se le entrega una lanza. Este año, cuando un político adquiere la condición de diputado y asume su cargo recibe un iPhone 4 con tarifa plana que el Parlamento ha conseguido gracias a un concurso abierto entre operadoras. También está en estudio dotarles de un iPad. Hace cuatro se llevaron bajo el brazo y en los bolsillos una Blackberry y un portátil Toshiba para que sus señorías pudieran llamar a las asociaciones de vecinos, a las cámaras de comercio, consultar el BOC y la prensa diaria allá donde estén o redactar proposiciones no de ley mientras vuelan en Binter o Islas Airways. Según las fuentes consultadas, tanto los que dejaron el cargo como los que siguen (treinta y treinta) se han quedado esta vez con los ordenadores porque los cambios en la intranet los hacía inoperativos. Anteriormente debían abonar una módica cantidad si querían conservarlos. En cuanto a los móviles, la costumbre más extendida es mantener el aparato y hacer la portabilidad de sus antiguos contratos.

Cuando un funambulista cae suele encontrar bajo sí una red. El señor con escaño posee un blindaje legal que le separa del resto de los canarios, que pueden ser procesados en cualquier momento. El artículo diez del Capítulo II (Prerrogativas Parlamentarias) es el que refleja que "durante el periodo de su mandato los diputados gozarán de inmunidad: sólo podrán ser detenidos o retenidos en caso de flagrante delito". Además, solamente el Tribunal Superior de Justicia de Canarias será competente en el ámbito regional para decidir sobre su inculpación, prisión, procesamiento y juicio, facultad que correspondería a la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo en la Península.

La voz del veterano

Los diputados canarios saben por lo general qué cuestan un café y un cruasán en una cafetería, pero no por los precios que ofrece la cafetería del Parlamento. En otras cámaras regionales las Excelencias que desean un tentempié a la hora del desayuno o la merienda en los días de pleno tienen que ir a la cafetería y pagarlo de su bolsillo. En el caso de Canarias les basta con desplazarse hasta una sala en la que se despliegan bandejas de canapés, dulces, cafés o zumos. A veces hay un novato que protesta, pero una voz veterana le recuerda que hay cosas que no podrá cambiar. Esto ocurre dos días consecutivos cada dos semanas, cuando están convocadas las sesiones plenarias ordinarias. En las otras dos se encajan las convocatorias de las comisiones permanentes o temporales. Por lo general, un diputado asiste a una media de tres a lo largo de un mes, siempre con el pago de una dieta que se abona sin problemas con la siguiente mensualidad. El resto de la carga de trabajo sólo es mesurable en la conciencia de cada representante de la soberanía popular canaria. Los consultados aseguran a este diario que la mayoría, incluidos obviamente ellos mismos, pueden dormir tranquilos, pero que también se ven zorroclocos volando por los pasillos de Teobaldo Power.

Su sueldo bruto anual está fijado en 50.864,82 euros desde julio de 2010 (se traduce en una media que ronda los 3.400 euros para los liberados sumadas las dietas). La presidencia se tasa en 73.366,82; 62.141,82 el resto de miembros de la Mesa, y 60.273,79 los portavoces. En esa fecha se hizo efectiva una rebaja del 15% en las nóminas como gesto dentro del marco de la crisis, sobre todo tras la polémica que suscitó el aumento de 2008. Según María Australia Navarro (PP), no se trató de tal aumento sino de "una actualización del dinero que se hace llegar a los grupos". El dominio obligatorio del eufemismo y otras figuras retóricas tampoco aparece precisado en ningún artículo.

Aparcar no es problema

Las Excelencias liberadas perciben dietas en concepto de desplazamiento, manutención y asistencia a plenos y comisiones, 60 euros en el caso de residir en Tenerife, 83 si lo hacen en Gran Canaria y 113 si proceden de islas no capitalinas. En cuanto a los que no tienen exclusividad y sueldo, las cantidades se elevan a 119 por comisión y 139 por pleno para los tinerfeños, mientras que ascienden a 166 y 185 para los grancanarios y 205 y 225 para el resto. Otro aspecto que les iguala a todos es que junto a sus credenciales se les entrega una tarjeta de entrada y estancia gratuita en el cercano aparcamiento del Parque Weyler. Otros con más suerte, como el presidente del Parlamento, Antonio Castro Cordobez, los dos vicepresidentes y secretarios de la mesa o los portavoces y presidentes de grupo, se alternan en el uso del viejo Mercedes, los vehículos Audi y el Peugeot oficiales. La gente que les observa pasar puede sentir la tentación de pensar que la vida le va sobre ruedas a los que van ahí dentro.