Una ruinosa operación empresarial llevó a los presuntos testaferros de Miguel Zerolo, Jorge Bethencourt y Lucas Fernández, a comprar Azul Televisión, una sociedad que arrastraba importantes deudas. Según la declaración de los investigados, parte de ese dinero salió de la caja fuerte de Parque Marítimo, una mercantil ubicada en suelo de la Autoridad Portuaria y cuya concesión administrativa le otorgó el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife a Santa Cruz Park, otra mercantil en la que Bethencourt era accionista justo a Valentín Álvarez.

Fueron cuarenta millones de pesetas (unos 250.000 euros) el dinero que los investigados invirtieron en comprar el canal de televisión a sus anteriores dueños, liderados por el periodista Manuel Artiles. De esos cuarenta millones, Lucas Fernández aportó diecisiete, en efectivo, que según declaró en la investigación salieron de "los ahorros de toda su vida". El resto del dinero lo puso Jorge Bethencocourt, 23 millones de pesetas en efectivo que, también según su propio testimonio, salieron de la caja de seguridad de la empresa Parque Marítimo. Ambos ingresaron el dinero en una cuenta corriente de Grupo de Medios de Tenerife, entidad perteneciente a Lucas Fernández y que fue la que adquirió la propiedad de Azul Televisión.

Cuenta la policía en un informe que para que Jorge Bethencourt pudiera retirar esa cantidad de dinero en efectivo de la caja fuerte de Parque Marítimo "ni se extendió ningún documento justificativo ni se realizó ningún tipo de apunte contable, ya que tanto él como su socio, Valentín Álvarez, 'eran de confianza". Ello supone, escriben los investigadores, "que no hay manera alguna de justificar dicha entrega de dinero".

Sin embargo, cuando la policía citó a declarar a Valentín Álvarez, éste "sólo admite haber prestado a Jorge Bethencourt cuatro millones de pesetas", no los 23 que asegura el periodista y supuesto testaferro de Zerolo. Además, el propio Álvarez declaró que la llave de la caja fuerte de Parque Marítimo "la tenía yo", no Jorge Bethencourt.

Azul Televisión se compró además en 2001, justo en la misma época en que se firmó por parte del Ayuntamiento de Santa Cruz la compra del suelo del frente de playa de Las Teresitas a los empresarios Ignacio González y Antonio Plasencia, por 52 millones de euros. Un año después de comprar Azul Televisión, los periodistas la venden al grupo de empresas de Ignacio González, en una operación en la que perdieron alrededor de 150.000 euros.