La dirección nacional de Coalición Canaria (CC) trabaja en un único sentido, el de hallar una vía para el retorno de Marcial Morales y Mario Cabrera a la cabeza de las listas del Cabildo de Fuerteventura y el Parlamento autónomo por dicha isla, respectivamente. Los necesitan para no perder comba en su intento de llevar a Fernando Clavijo a la Presidencia de la Comunidad Autónoma, pero tampoco tienen fácil encontrar el modo de tranquilizar las aguas, dado que en el fondo de la cuestión subyace un enfrentamiento abierto entre ambos y el secretario insular de CC-Fuerteventura, José Juan Herrera.
El secretario general de los nacionalistas, José Miguel Barragán, y el secretario de Organización, José Miguel Ruano, trabajan contra el reloj en su intento de acudir a la reunión del Comité Permanente Nacional que se celebra hoy en Santa Cruz de Tenerife con una solución. Esta debe servir para reconstituir las planchas con quienes habían sido elegidos para liderarlas, pero sin abrir una crisis de gran dimensión en el seno de la formación nacionalista majorera.
Tendrán ocasión de comentarlo esta misma tarde con Herrera, que en un su condición de secretario insular, ocupa uno de los asientos del Comité Permanente. Incluso podrá hacerlo el propio Fernando Clavijo, homólogo del anterior en Tenerife. Si algo inquieta en Coalición es la inoportunidad del momento elegido para ajustar cuentas, por la factura que pueda pasar en las urnas el próximo 24 de mayo.
La situación es incluso más compleja, porque el propio Herrera apoyó a Clavijo en su pugna con Paulino Rivero para ser candidato. En esa ocasión, sitúandose frente a Mario Cabrera, que prefería un tercer mandato de Rivero, y teniendo al lado a Marcial Morales. Dinamitar la formación nacionalista majorera tampoco entra en los planes de Barragán y Ruano. Lo desaconseja el calendario.
Muy fino habrán de hilar para conseguir minimizar los daños, porque ayer mismo Mario Cabrera señaló que Herrera "está desautorizado para continuar dirigiendo el partido" en Fuerteventura. Contra la absoluta democracia que blande el secretario insular para describir el proceso de composición de las listas, Cabrera asegura que tiene "secuestrada" la organización.
En el fondo y alimentando todo este enfrentamiento se encuentra el nombre de Sergio Lloret, quien hasta el pasado mes de octubre ocupó una plaza de consejero en el Cabildo majorero -desde Asambleas Municipales de Fuerteventura (AMF)- colisionando en no pocas ocasiones con Mario Cabrera en su tercera presidencia insular e incluso llevando a la Fiscalía asuntos de la gestión de este.
Lloret entregó el acta hace cinco meses y manifestó su intención de integrarse en las fila de CC. Cabrera y buena parte de la organización se opusieron y se determinó volver a estudiar la cuestión pasados los comicios. Aun así, la organización nacionalista en Tuineje intentó colocarlo en la lista para el Cabildo, pero el Consejo Político Insular, por mayoría absoluta, echó el cerrojo a dicha posibilidad hace unos días.
En el segundo puesto de la plancha que motivó la renuncia de los dos políticos el sábado, aparece Rosa Delia Rodríguez, "una títere de Lloret", según Mario Cabrera y propuesta por la formación en Tuineje, que a cambio, siempre según el relato del actual presidente majorero, habría ayudado a Herrera a colocar a su propio hijo en el quinto puesto de la lista al Cabildo.
Esta última maniobra fue el verdadero detonante de las renuncias, ya que al tiempo que se decidía el nombre de José Juan Herrera Martel, se dejaba fuera a Rafael Páez, teniente de alcalde de Puerto del Rosario y hombre de la máxima confianza de Marcial Morales.
"No se puede actuar con esta humillación y este desprecio", afirmó ayer Mario Cabrera sobre el modo en que se ha conducido Herrera para la elaboración de las planchas. A juicio del presidente majorero, "la lista no es ganadora" y se aleja de los criterios que hasta el momento se han defendido en la isla con un férreo control para evitar un desarrollismo que dañe el territorio.
Quienes han renunciado aseguran que tienen el apoyo del conjunto de la militancia, lo que abre una vía a la presión sobre la parte contraria. La dirección nacional de CC tienen ante sí el reto de rebajar hoy la tensión y lograr una solución definitiva en el espacio de solo unos pocos días.
