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Foro Editorial Prensa Ibérica Análisis del Régimen Económico y Fiscal de Canarias

El día después de las andaluzas

José Manuel Soria reconoce que los datos del domingo "no fueron buenos"

Mesa presidencial. Desde la izquierda, Miguel Luengo, Vicepresidente de JTI; José Julio Artiles, vicepresidente del Grupo Satocan; Manuel Pascual, consejero de EPI; Juan José Cardona, alcalde de LPGC; Mª Carmen Hernández Bento, delegada del Gobierno; Orsini Ruiz, director general de EPI en Canarias; Miguel Ferre, secretario de Estado de Hacienda; Jorge Gutiérrez, responsable fiscal de PwC, José Carlos Francisco, presidente de CEOE-Tenerife y Águeda Borges, de Riu Hotels. YAIZA SOCORRO

El Hotel Santa Catalina fue feudo ayer del Partido Popular (PP) en el día después de constatar hasta dónde puede llegar el rechazo de los votantes a la gestión realizada en el Gobierno central. Porque, salvo los localismos de los municipios de pequeño tamaño, lo cierto es que tras casi cuarenta años metiendo la papeleta en la urna, aún buena parte de la ciudadanía creerá que el próximo 24 de mayo estará votando si sigue o no Mariano Rajoy al frente del Gobierno central. Mucho de eso hubo el domingo en el Sur peninsular y de ello quieren aprender los candidatos conservadores en las Islas.

Ante la nula presencia de representantes de cualquier otro partido político, el Foro Editorial Prensa Ibérica celebrado ayer en la capital grancanaria dio para realizar un análisis de los rostros de los populares. El ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, fue el primero en dar la cara frente a las cámaras con un discurso que abrió reconociendo que los resultados "no fueron buenos".

Ni Frontur consuela

Cualquier otro día, el también presidente del PP en Canarias habría sacado pecho ante los dos nuevos récords -nacional y canario- que febrero dejó en llegada de turistas extranjeros, pero ayer no tocaba. "Qué duda cabe que el hecho de bajar de 50 a 33 diputados no es un buen resultado", repetía sin querer analizar los datos, los propios de su partido, cuestión que dejó en manos del Comité Ejecutivo Nacional.

Solo hizo una concesión a la insistencia por encontrar explicación de los números en Andalucía: es "evidente" que el ascenso de Podemos se gestó, en "una gran parte", por el enésimo descalabro de Izquierda Unida (IU), del mismo modo que la aurora de Podemos bebe, "probablemente, de la caída del voto del PP. De todas formas reitero que es muy precipitado sacar conclusiones en este momento", zanjó.

Los candidatos deben sonreír y durante buena parte de la mañana lo hicieron Australia Navarro, elegida para intentar gobernar en la comunidad autónoma, y Mercedés Roldós, que tiene la misma encomienda para el Cabildo de Gran Canaria. Sin embargo, el semblante de ambas apareció serio en más ocasiones de lo habitual. Claro que la primera de ellas, por el viejo axioma de que en las Islas el que gana no gobierna, salvo que quien venza sea Coalición Canaria (CC), debería estar menos preocupada que su compañera de filas.

La cuestión a medir a partir de la noche del domingo es en qué punto frenará en las Islas lo que ahora aparecer más posible: una caída dramática del PP en todos los terrenos en que tiene que jugar a lo largo de este año.

"Yo, personalmente, espero que no y espero que la recuperación económica, que es una evidencia clara, sea el mayor de los acicates que tengamos en el PP para afrontar los próximos comicios en trece autonomías de toda España y en todos los municipios, más luego las que vendrán a final de año, las elecciones generales", resaltó Soria.

¿Con qué paracaídas cuenta el ministro para mantener la esperanza? Con el de "seguir haciendo incidencia en los efectos claros de la recuperación económica, porque ese es al final el compromiso que el PP asumió con todos los españoles hace ahora tres años y medio cuando" se presentaron "a las elecciones generales". En esa ecuación, sin embargo, faltan la variable del gran número de ciudadanos que han perdido sus empleos, cuando no algo más, y el recuerdo de las promesas que también quedaron en el camino, tal como la rebaja de impuestos que se convirtió en subida para mostrar de nuevo la cara amable al final del viaje.

Más relajados aparecían los hermanos Hernández Bento. Ella, Mari Carmen, la delegada del Gobierno en las Islas, porque el cáliz de ser candidata pasó de largo tras orbitarla durante meses. Él, Enrique, subsecretario de Industria, Energía y Turismo, porque puede ver la feria desde media distancia y, como insistió Soria, no es candidato a nada; se quedará en el equipo del ministro hasta diciembre, si es que el PP no repite en el Ejecutivo central.

El alcalde de la capital grancanaria, Juan José Cardona, aparecía casi tan relajado como el subsecretario. A estas alturas, de las plazas grandes del Archipiélago, aparece como el valor que más puede acercarse a la victoria, que valdría doble según están las cosas en el patio popular, pero que quizá sea insuficiente para mantener el sillón.

Con disimulo, cada cual encajó a su manera la sonada derrota en Andalucía. Para lo que no tienen espacio es para declararse derrotados de antemano, así que les toca hacer de tripas corazón y lanzarse a la carrera electoral. La senda la marcó horas después su líder, Mariano Rajoy, augurando una victoria en mayo en la que al menos ellos están obligados a creer.

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