Los trabajos para izar a la superficie el helicóptero Super Puma del Ejército del Aire, que cayó al mar el pasado jueves a 40 millas del Sáhara Occidental con tres militares del Servicio de Búsqueda y Salvamento (SAR) a bordo, prosiguen hoy después de que la aeronave fuera localizada durante el mediodía de ayer tras cuatro jornadas de intensa búsqueda. Las malas condiciones del mar en la zona, junto a la complejidad que supone el izado del helicóptero "con las máximas precauciones" dificultaron la recuperación del aparato, según informó el Ministerio de Defensa.

El juez togado militar que instruye el caso y que levantó ayer el secreto de las actuaciones tras localizarse el Super Puma del SAR aseguró durante la tarde, desde el mismo lugar de las operaciones, que no tenía aún "constancia" de que los militares desaparecidos se encuentren en el interior de la cabina.

Desde que fue informado por el juez militar, el ministro de Defensa, Pedro Morenés, se reunió con los familiares del capitán José Morales Rodríguez, el teniente Saúl López Quesada y el sargento Jhonander Ojeda Alemán en la base aérea de Gando para facilitarles la información del hallazgo y de las labores de rescate de esta aeronave. Morenés no compareció ante los medios de comunicación porque "la prioridad absoluta es estar con las familias", a las que estuvo acompañando toda la tarde a la espera de más noticias, indican desde Defensa.

Tareas de rescate

El helicóptero, perteneciente al SAR de Canarias, del 802 Escuadrón del Ejército del Aire, fue localizado en el fondo marino por el operativo que está desplegado desde hace días en la zona. Según fuentes del Ministerio, fue hallado por uno de los dos cazaminas (Turia y Segura) que se incorporaron en la tarde del pasado martes a la búsqueda y que poseen potentes sonar para encontrar minas.

Veinte buzos y dos robots del barco noruego Olympic Zeus, que cuenta con otro sonar de barrido lateral, estaban buscando el helicóptero desde que el viernes se constatara que los tres tripulantes no habían llegado a ningún puerto a bordo de una embarcación pesquera marroquí, como en un primer momento informó el Gobierno de Marruecos, versión que luego se desmintió. Desde entonces, el ministro Morenés dio por desaparecidos a los militares y el sábado desplegó un amplio dispositivo de búsqueda por tierra, mar y aire.

Tanto el barco noruego Olympic Zeus como el buque de acción marítima Rayo están capacitados para el izado del helicóptero, indican desde Defensa a la espera de confirmar si los cuerpos de los militares se hallan o no en el interior de la cabina.

Morenés transmitió a los familiares de los desaparecidos que el juez togado territorial de Las Palmas le había telefoneado desde el barco de la Armada Rayo, que coordina el operativo en la misma zona, a las 13:41 horas de ayer para comunicarle el hallazgo y también que había decidido levantar el secreto que pesaba sobre las actuaciones tras encontrar en el fondo del mar la cabina del helicóptero.

El juez autorizó entonces a las Fuerzas Armadas a sacar a la superficie la aeronave, aunque "con todas las precauciones necesarias", porque en ese punto del Atlántico había mala mar. En el rescate del anterior helicóptero del SAR siniestrado el 19 de marzo de 2014 se partió el Super Puma durante la maniobra de izado del aparato, aunque en esa ocasión se encontraba sumergido a 2.362 metros de profundidad, y en este accidente cayó al mar en una zona con una profundidad de unos 40 metros. Defensa no ha precisado la situación exacta ni la profundidad a la que finalmente encontró el helicóptero.

El Ministerio ha resaltado en los últimos días que el único barco que pudo acercarse al vehículo antes de que se hundiera, un pesquero holandés, aseguró que no vio a nadie en el aparato, aunque también informó que la cabina se encontraba semihundida y que el colorante que soltó el Super Puma al caer al mar para que se detectara su posición le impedía vislumbrar el interior del vehículo.

Sobre las 15.05 horas del pasado jueves se perdió contacto radar con la aeronave del SAR después de que partiera a las 13.30 de Nuadibú (Mauritania) con destino a Gando, tras realizar unas maniobras en Senegal. La señal desapareció a 280 millas al sur de Gando y a 40 al suroeste de Dajla (antigua Villa Cisneros). Se activó la baliza del helicóptero y un F-18 de la base aérea de Gando llegó a la zona aunque no pudo descender mucho. Comunicó que había visto una mancha y un punto que podría ser el helicóptero. Un Puma SAR marroquí que se encontraba próximo al área informó a las 18.30 del avistamiento del helicóptero y de una balsa. Posteriormente, el buque holandés se acercó al aparato hasta que se hundió.

El departamento que dirige Pedro Morenés había confirmado el jueves con el Gobierno y la Gendarmería marroquíes que los dos pilotos, José Morales y Saúl López Quesada, y el sargento Jhonander Ojeda habían sido rescatados con vida por un pesquero marroquí rumbo a Dajla, a donde estaba previsto que arribaran en torno a las cuatro de la madrugada. Sin embargo, no llegaron.

El reino alauí rectificaba el viernes y desconocía el destino de los tripulantes. El ministro Morenés viajó a Gran Canaria para iniciar la búsqueda de los tres militares que iban a bordo. En su última comparecencia ante los medios de comunicación, el pasado domingo, Morenés, que sigue en la Isla, admitió que barajaban todas las hipótesis sobre la desaparición: que permanecieran en la cabina, en una balsa que pudo haberse activado, que estuvieran desaparecidos en el mar, a bordo de un pesquero artesanal sin comunicación o fueran secuestrados. Uno de los ocupantes, el sargento grancanario Jhonander Ojeda, fue el único superviviente del otro helicóptero del SAR que se estrelló en el mar hace diecinueve meses.