Viene a ser algo así como el patito feo de las instituciones de la democracia. Está desprestigiado y suena a desfasado. Es inoperante políticamente y resulta enormemente caro. Y además, ha venido siendo utilizado por los partidos políticos como retiro dorado de muchos de sus dinosaurios del oficio y para colocar a exministros y barones del partido sin mejor destino. El protagonismo mediático del Senado en la pasada legislatura, salvo contadas excepciones, ha tenido más que ver con cuestiones como los viajes de algunos senadores con cargo a la institución, como los del expresidente extremeño José Antonio Monago a Canarias para ver a su novia de entonces, que con debates políticos sobre cuestiones territoriales. Ni siquiera como sede de la Conferencia de Presidentes ha resaltado en estos años de boicot del PP a las cumbres autonómicas.

Ante este deterioro de la institución y de su proyección pública, la mayoría de los partidos han incluido en sus programas electorales de cara al 20D distintas y variadas propuestas de reforma que le abren un futuro muy incierto. Porque a la hora de las medidas concretas, sigue sin haber consenso sobre qué hacer con este instrumento estropeado del sistema constitucional del 78. Desde su mera supresión, como propone Ciudadanos, hasta una reforma constitucional para potenciarla como cámara territorial en el marco de un Estado Federal, según la apuesta del PSOE-NC, varias son las opciones que se plantean en la presente campaña.

La paradoja de la campaña sobre esta cuestión la plantean los candidatos de Ciudadanos a ocupar un escaño en el Senado. Piden el voto a un cargo para poder eliminarlo. "Para poder hacer los cambios hay que estar dentro, no los podemos hacer desde las escaleras", se justifican los candidatos del partido liderado por Albert Rivera. En Gran Canaria Francisco de Torres es uno de ellos, junto a Leticia García, y por Tenerife son Petra Moyano y José Manuel Perera.

"Para mí no resulta contradictorio aspirar a un puesto desde el que quiero suprimirlo. En cualquier caso es una propuesta concreta dentro de un programa más completo sobre reformas institucionales", explica De Torres. La formación naranja apuesta en el punto 26 de su programa electoral por la supresión del Senado y solicita la participación de las comunidades autónomas "de manera efectiva en el gobierno de la nación", proponiendo la creación de un Consejo de Presidentes autonómicos.

Este órgano, cuyos miembros dispondrán de voto ponderado en función de la población de la respectiva región, será competente para la aprobación, en segunda lectura y con el voto mayoritario de sus miembros, de las leyes más directamente relacionadas con la organización territorial del Estado. "Hay un ahorro económico evidente, pero no es este el argumento central de la propuesta", según el candidato grancanario. Para los miembros del partido naranja el Senado es una cámara "anacrónica", y algunos de sus representantes están elegidos "a dedo" por las comunidades autónomas. Para la función que ejerce, en definitiva, no son necesarios 166 representantes y su labor de cámara de segunda lectura y territorial la puede desempeñar de una manera más efectiva un Consejo de Presidentes.

Reforma limitada

El PP es la formación que menos clara tiene su opción y ha ido virando en los últimos tiempos desde una mera reforma del Reglamento, hasta asumir en los últimos tiempos una reforma limitada de la Constitución, no explícitamente reconocida en el programa electoral, para convertir el Senado en Cámara de primera lectura para temas autonómicos. "En lo que no hay duda es que su papel está cuestionado y tenemos que ser capaces de vigorizarlo. El Senado tiene que tener valor en sí mismo como foro principal de debate y de decisión sobre las cuestiones de naturaleza territorial", señala la candidata por Gran Canaria María del Carmen Hernández Bento.

En el programa, el PP se remite a la Ponencia que en los últimos meses ha llevado a cabo una propuesta de reforma del reglamento de la Cámara y confía que ese documento "sirva de guía para potenciar la naturaleza territorial" de la institución. Y, más allá, señala que "fortaleceremos la posición del Senado en la elaboración y aprobación de aquellas iniciativas legislativas que presenten una especial incidencia autonómica". "Queremos un Senado renovado, capaz de canalizar el dinamismo de nuestra realidad autonómica", resume el texto.

Hernández Bento apura un poco los conceptos y se atreve a señalar que "hay que llevar a cabo una reforma para que las cosas de índole territorial lleguen directamente a la Cámara y que se debatan y se tome en ella la decisión última", es decir, un nuevo reglamento que conllevaría una reforma limitada de la Constitución, del artículo 69 y siguientes, que no necesitaría de referéndum. La exdelegada del Gobierno aspira por primera vez esta Cámara, a diferencia de su compañero de su compañero de filas en Tenerife Antonio Alarcó, que suma dos legislaturas y aspira a la tercera.

El PSOE, en un epígrafe muy genérico, se propone una reforma del Senado "para convertirlo en una auténtica Cámara territorial", así como "redefinir sus funciones para vincularlas a las que deriven de la dimensión territorial" tanto de la legislación básica del Estado, como de las leyes con incidencia territorial, de financiación o asuntos de la Unión Europea que afecten a las regiones, y "revisar su estructura y composición optando entre un modelo intergubernamental o un modelo representativo de las Comunidades Autónomas". Es una propuesta que deberá definirse mucho más pero que desde la candidatura conjunta de PSOE/NC se entiende como una apuesta clara por un nuevo Senado en el marco de la reforma Constitucional que se propone para transitar hacia un Estado Federal.

El cabeza de lista por Gran Canaria del pacto entre socialistas y nacionalistas de izquierda, José Miguel Rodríguez, señala que "la reforma del modelo hacia un Estado federal implica que el Senado tiene un papel muy importante siempre y cuando se le de un papel de representación territorial con capacidad de legislar en primera lectura y de resolver en materias que son de competencias autonómica".

Menos senadores y sueldos

Podemos, por su lado, que presenta candidatos en todas las Islas, señala en su programa que "transformaremos el Senado en una cámara de derechos e intereses territoriales y eliminaremos gran parte de las retribuciones de los senadores". Además, propone una conformación de la Cámara "con representantes de los gobiernos regionales, intercambiables y con voto en bloque, y reduciremos el número de representantes". Es una opción muy novedosa que deja muchas dudas sobre sus funciones.

Belén Calzada, candidata de CC por Gran Canaria, señala "el Senado es importante como parte del sistema bicameral porque proporciona un sistema más garantizado". Cree que "debería ser una más de representación de los territorios que de los partidos políticos", y que los grupos se deberían "constituir y funcionar más en clave territorial que en la estrictamente política". La nacionalista cree que hay que "buscar la fórmula para que la conciencia sea territorial y no de partido. La deriva del sistema electoral es que los ciudadanos sólo piensan que votan para elegir presidente, no para elegir representantes en las Cortes y así no se da la oportunidad de que se puedan dar distintas mayorías. Tiene que producirse una modificación desde dentro", afirma.