¿Cómo analiza el litigio abierto contra Rosell por la Fiscalía y la acusación de esta sobre Soria?
En este país los jueces pagan caro por investigar a los poderosos. Esto se agrava cuando además dan un paso al frente en el compromiso político. Nos pasó con Carmena y con Julio Rodríguez. Lo que preocupa es que el Gobierno utiliza las instituciones para hostigar a quienes les son incómodos. Son campañas que no tienen un fin jurídico sino generar barro. La mejor defensa que encuentran las élites tradicionales es decir que son como ellos. No pueden quitarse el sambenito de corruptos y se inventan esto.
Hemos oído que la política de recortes era única opción. Era eso o la nada. ¿Existe algo más?
La política del PP en los últimos meses demuestra que lo recortes no es la única opción, porque justo cuando han rebajado la intensidad de esta austeridad es cuando se ha dado el crecimiento. Nosotros proponemos cerrar los agujeros de la economía como son la corrupción y que tiene un sobrecoste de 48.000 millones de euros. Tenemos que recaudar más pero a través de la activación de la economía, porque esto funciona como una bicicleta con dinamo y con un poco de ayuda del Estado los empresarios puedan tirar para arriba. Hay proteger los salarios y el consumo. Los pensionistas deben saber que para proteger sus pensiones tienen que defender los salarios y empleos de calidad de sus nietos. Lo último, es competir por arriba, y esto pasa por cambiar el modelo energético y productivo.
¿Es fundado el temor de los empresarios hacia Podemos?
No. España es hoy más débil y hay que explicarle a esa minoría privilegiada que a la larga esto les perjudica, que los países más prósperos son los más equilibrados. No solo es un problema moral; es un lastre. Y no creemos que las inversiones se vayan a ir porque nos pongamos un poco exigentes con los privilegiados. Si fuera así, Europa estaría vacía de inversiones.
¿Son PP y PSOE lo mismo?
No. Han estado de acuerdo durante mucho tiempo en cosas como en cambiar la Constitución para pagar los intereses de la deuda antes que los servicios sociales. Han hecho reformas laborales parecidas, pero no son lo mismo, porque no lo son sus votantes. Eso sí, el PSOE tiene un problema de credibilidad porque en campaña está con la gente y en el Gobierno del lado de los privilegiados.
¿Defina a Albert Rivera?
Es una burbuja. El Señor Casi. Si la campaña hubiera durado menos, habría gente que viera en él una esperanza regeneradora. Nosotros también la tuvimos. Nos parecía un aliada, pero ha votado al PSOE de los Eres en Andalucía y a al PP de la Gürtel en Madrid. Es una burbuja que está pinchando.
¿TTIP?
Es un secuestro de la soberanía y la democracia europea.
¿Cultura e IVA?
Lo bajaremos primero al 10% y después, transitoriamente, al 7%, porque es un polo de atracción económica.
¿La Lomce?
Fue un pacto nacional pero al revés. Consiguió poner a todo el mundo de acuerdo contra Wert. Necesitamos un acuerdo con la comunidad educativa y expertos y equiparar nuestro gasto con la media europea.
¿Gas natural?
A largo plazo no es viable y tenemos recursos para caminar hacia la autosuficiencia energética.
¿Se imagina cuatro años más de gobierno del PP?
No. Eso solo serviría para alargar el dolor innecesario de mucha gente por unas políticas económicas que no funcionan.
¿Cuales serían sus primeras medidas en el Gobierno?
Revertir los recortes en Sanidad y Educación, subir el salario mínimo y dar una ley de segunda oportunidad a las empresas y autónomos que han tenido que cerrar.
¿Un mensaje para indecisos?
Estamos ante una ocasión histórica para reconstruir un acuerdo de país que han roto los privilegiados y tener un gobierno al servicio de la gente.
