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"Los británicos nos haremos españoles"

Ciudadanos de Reino Unido afincados en Gran Canaria confían en el fracaso del referéndum

"Los británicos nos haremos españoles"

El referéndum que alienta la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE) que se celebra hoy se ve con una mezcla de preocupación e ironía por ciudadanos británicos afincados en Gran Canaria. Un error, una idea absurda y un perjuicio para el país son las opiniones más repetidas con los encuestados por este periódico en la víspera del Brexit, pero también confían en que el resultado sea negativo para los promotores de la retirada de las instituciones europeas y pueda más el pragmatismo que "esto tan inglés de estar aislado del continente", alega un encuestado.

Incluso, pese a su preocupación por el resultado de la consulta, ironizan sobre la idea de que "los británicos que vivimos en España nos hagamos españoles para continuar disfrutando con las ventajas de estar en la UE". Además, tendrán que observar el referéndum como si de hecho fueran españoles, ya que la legislación de su país impide votar a los ciudadanos que lleven viviendo en el extranjero más de 15 años.

Una confianza que, como buenos británicos, sustentan en una actividad tan tradicional en Gran Bretaña como las apuestas. Así, los entrevistados, que no han perdido detalle de lo que ocurre en su país por los medios de comunicación e incluso como es el caso de Celine Hammont, que regresó el martes de Londres, exponen los datos facilitados por las casas de apuestas. Unos pronósticos que dan como vencedores a los partidarios de la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea, en un porcentaje destacado, que oscila entre el 65 y el 70% de votos a favor de esta opción, que también es la que apoyan los encuestados.

Sandra Ryan, secretaria del Club Inglés de la capital grancanaria; Celine Hammont, residente desde hace años en la Isla; el biólogo David Bramwell y su hijo Alex ven con preocupación la celebración del referéndum, aunque todos alegan que en la legislación británica estas consultas a la ciudadanía no tienen ningún valor de ley.

"En Gran Bretaña", apuntan David y Alex Bramwell, "el referéndum no es una obligación que deba cumplir el Gobierno, ya que es realmente el Parlamento el que toma la última decisión. Si saliera favorable al abandono de la Unión Europea, ya que hasta hoy [ayer para el lector] no tendría posibilidad de aprobarse porque la mayoría de los diputados -el 60%- son partidarios de seguir en la Unión".

No obstante, los cuatro ciudadanos británicos admiten que "las dos opciones están muy cerca, muy igualadas y es difícil saber qué pasará, es muy complicado aventurarse a dar un pronóstico".

Sandra Ryan lo sentenciaba de una forma rotunda: "Ahora mismo no aportaría ni un solo euro por la victoria del sí o del no al estar tan reñida en las encuestas el resultado final del referéndum". Ella cree una "idea terrible " que se pida la salida de su país de la Unión y no entiende cómo la gente no se da cuenta de las ventajas que tienen por estar en Europa.

Celine Hammont, que regresó el martes de Londres, no ha observado mucho movimiento en la capital de Gran Bretaña, "aunque también es verdad que Londres es partidaria de seguir en la Unión, como ocurre con Escocia e Irlanda del Norte. Los que apoyan marcharse son Gales y la zona sur de Inglaterra, por lo que habrá que esperar a mañana [hoy para el lector] para saber qué pasa. Confío en que venza el no porque las consecuencias de la salida de la Unión serían perjudiciales para nosotros, ya que las ventajas que tenemos por pertenecer a la Unión Europea son muchas y nos convienen a todos".

David Bramwell, al igual que su hijo Alex cargan contra Boris Johnson, exalcalde de Londres hasta hace poco y cabeza visible de los partidario de la salida de Reino Unido de las instituciones europeas. "Johnson es un poli que ha alimentado el miedo al extranjero, casi de manera racista y que culpa al exterior de los problemas del país", apunta David, quien considera que "todos los países tenemos dificultades que habrá que superar, pero no podemos aislarnos".

Alex tampoco ve con buenos ojos el discurso de Johnson, "que está aprovechando el descontento de la gente para promocionar su candidatura como primer ministro, pero no ofrece alternativas ni soluciones a la salida del país de Europa. Pone el ejemplo de Noruega, que no está en la UE , pero se beneficia de las ventajas. No es comparable Gran Bretaña con Noruega, ellos tienen mucho dinero en el banco y pueden hacer los que le venga en gana, nosotros no".

Otra cuestión es lo que digan las encuestas, que reflejan una situación muy igualada, pero que también habría que matizar. Alex Bramwell considera que "hay gente que dice que votará a favor del Brexit, pero que probablemente no lo haga. Los ingleses son muy conservadores y seguro que votarán en contra, pero tampoco se puede asegurar esto con total confianza".

El recuerdo del referéndum escocés de 2014 y el cambio de tendencia es el precedente que esgrimen para avalar que puede ocurrir lo mismo hoy. Y al igual que Escocia sigue en Gran Bretaña, ésta permanezca en la Unión Europea.

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