"El partido no está. Estamos solos y desamparados". Estas palabras de una diputada socialista reflejan la situación del PSOE canario desde las elecciones autonómicas de mayo de 2015. Un partido desnortado en el que la comunicación entre la Ejecutiva regional, el grupo parlamentario y los miembros socialistas en el Gobierno es prácticamente inexistente y, como consecuencia, no hay criterios consensuados ni una voz única sobre los principales asuntos políticos y de gestión.
La falta de una dirección clara ha provocado en el último año muchas dificultades de comunicación. Hay problemas enquistados en la formación que no se han resuelto y, al contrario, se han agudizado y los resultados electorales arrojan más incertidumbre sobre el rumbo que se quiere dar al PSOE en las islas tras el próximo congreso regional, previsto para octubre o noviembre en función de las fechas en que se celebre el congreso federal.
El anuncio realizado por el secretario general, José Miguel Pérez, de que quiere su relevo cuanto antes puede provocar más inestabilidad interna en el partido cuando hay asuntos tanto en el Gobierno regional como en el panorama político nacional que pueden ser determinantes para la formación en los próximos meses. A nivel autonómico el debate generado en torno a la ley del suelo está provocando un fuerte debate interno en el partido y hay voces cualificadas que critican el intento de Coalición Canaria de imponer su modelo territorial. Después del verano también se iniciará el debate sobre los presupuestos autonómicos de 2017.
A nivel nacional el proceso de negociación del nuevo Gobierno central salido de las elecciones generales del 26 de junio puede llevar a que la diputada de Coalición Canaria Ana Oramas respalde a un Ejecutivo presidido por Mariano Rajoy. La posición de fuerza que ha cogido el PP tanto en el Estado como en Canarias tras los comicios hacen temer a varios sectores del PSOE que los nacionalistas terminen por expulsar a los socialistas del Gobierno para dar entrada al PP y con el respaldo parlamentarios de los tres diputados del grupo Mixto. Sin embargo, el futuro del pacto de gobierno no está sólo en manos del devenir del Gobierno central, sino también en las divisiones internas del PSOE ya que su debilidad ante la falta de un criterio común puede terminar por romper el grupo parlamentario.
