Nuevo varapalo para José Manuel Soria. Sólo cinco meses después de su dimisión como ministro de Industria, Energía y Turismo, el ex político canario se ve obligado de nuevo a renunciar a un puesto de carácter público por la presión de la opinión pública, de los partidos de la oposición, pero también de su propio partido. El que también fuera presidente del PP canario acabó en la tarde de ayer desistiendo de su aspiración a ocupar el puesto de director ejecutivo en el Banco Mundial representando a España durante los dos próximos años, cargo para el que había sido designado el pasado viernes por el ministerio de Economía y Competitividad y que se dio a conocer apenas unos minutos después del fracasado intento de investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno.
La polémica surgida en torno a esa designación tras el escándalo de los llamados papeles de Panamá en el que Soria se vio implicado el pasado mes de abril se ha traducido en una contestación interna dentro del PP, desde donde durante los dos últimos días se le han trasladado distintas llamadas a una renuncia personal para evitar, con ella, obligar al Gobierno a una rectificación. Finalmente, Soria remitió en la tarde de ayer una carta al secretario de Estado de Economía, Íñigo Fernández de Mesa, que preside la Comisión de Evaluación encargada formalmente de aprobar su designación, renunciando al puesto. El exministro señala en su carta, según fuentes del Gobierno, que su desestimiento se produce a petición del Ejecutivo y por la "desproporcionada" utilización política que se ha hecho de su designación.
La retirada de Soria para ocupar un puesto por el que cobraría 226.000 euros anuales libres de impuestos se produce tras tres días de polémica y críticas desde todos los partidos de la oposición, pero también de contestación interna en el PP en un contexto político en el que esa designación contradice su supuesta voluntad de regeneración de la política, y a las puertas de sendas elecciones autonómicas el 25 de septiembre en Galicia y en el País Vaco. Además, afectaría a hipotéticos nuevos escenarios para negociar la investidura de Rajoy u otro candidato popular.
A las críticas de dirigentes relevantes producidas el lunes, como las de los presidentes de Galicia. Alberto Núñez Feijóo, y de Madrid, Cristina Cifuentes, se sumaron ayer, pocas horas antes de la renuncia, la de otros barones territoriales como los de Andalucía y Baleares. Incluso desde las filas populares se cuestionaba la versión de Rajoy y del ministro de Economía, Luis de Guindos, respecto de que se trataba de una designación "administrativa" a la que Soria tiene derecho por su condición de funcionario y técnico comercial del Estado, y que revocar o desautorizar esa decisión de la Comisión de Evaluación sería "ilegal".
La renuncia de Soria se produce tras unos días en los que crecía sin control la confusión y las dudas sobre las explicaciones del Gobierno central sobre la designación. Frente a las justificaciones de Rajoy y del ministro De Guindos, de que se trataba de una designación administrativa, en la que ellos no habrían intervenido, a partir de un concurso interno entre funcionarios en la que el exministro participó tras incorporarse a su profesión como técnico comercial del Estado una vez que abandonó la política, la realidad es que dicho concurso ni estuvo restringido a los empleados públicos, ni establecía requisitos o baremos respecto a la cualificación de los candidatos, aunque sí una serie de méritos a valorar.
Así se desprende del escrito que el Ministerio de Economía difundió internamente entre los técnicos comerciales del ministerio y los diplomados conteniendo la convocatoria para el puesto en el Banco Mundial, y a la que Soria anunció previamente a Rajoy a De Guindos que aspiraría.
De esta forma, la versión del presidente del Gobierno y su ministro, sosteniendo que sería "ilegal" no darle el puesto a Soria tras haberlo decidido la Comisión de Evaluación queda en entredicho, ya que parece claro que el Ministerio dispone de una amplia discrecionalidad para elegir a la persona para el puesto por tratarse de una cargo de confianza y de libre designación.
Perfil 'idóneo'
La convocatoria, que no fue pública y que sólo se difundió entre el cuerpo de técnicos y economistas del Estado -quienes tradicionalmente han desempeñado esta función en organismos financieros internacionales en representación de España-, detalla lo que llama el "perfil idóneo de los candidatos". A tal efecto no establece requisitos concretos, sino únicamente una serie de cualidades y méritos que se "valorarán" de manera especial y entre los que se encuentra la "condición de ser funcionario y su trayectoria profesional", así como la "naturaleza, nivel de los puestos y años de experiencia en la administración económica española".
De esta forma, aunque Soria sí da el perfil para el puesto, no es cierto que su presencia en el concurso sea determinante a la hora de resolverla, ni que el Ministerio estuviera obligado en su caso a aceptarla una vez que la Comisión de Evaluación toma la decisión, ya que no está restringida a funcionarios, ni mucho menos a los propios técnicos comerciales y economistas del Estado. Fuentes del ministerio reconocen que a la convocatoria se podría haber presentado cualquier persona con ese tipo de perfil, entre ellas los más de dos mil funcionarios funcionarios de élite con experiencia económica.
Desde el Ministerio se recordaba ayer, con todo, que es una práctica inveterada desde que España tiene presencia en este organismo y comparte desde 1978 la dirección ejecutiva de su silla con México y Venezuela, que sean funcionarios con experiencia en temas económicos los designados para ese puesto, y que siempre se ha hecho "con el mismo procedimiento". En la actual convocatoria, distintas fuentes oficiosas cifran en 25 el número de aspirantes, todos ellos pertenecientes al cuerpo de técnicos comerciales y economistas del Estado, como Soria.
Como sea, en el seno del PP desde la que se tuvo noticia de la renuncia a la designación se produjeron con igual celeridad que las críticas de días anteriores. Para el portavoz popular en el Congreso, Rafael Hernando, la decisión "personal" de Soria obedece a la polémica surgida y a las críticas "injustas" que ha recibido pese a que el exministro tiene "un currículum aquilatado y méritos suficientemente contrastados". Hernando achaca el escándalo de la designación a la falta de información sobre el procedimiento, incluso entre algunos dirigentes del PP. "No es una designación a dedo como en el pasado fueron otras (...) Éste es un ejemplo claro de lo que no son puertas giratorias", sostuvo.
El presidente de la Xunta de Galicia en funciones y candidato del PP a la reelección, Alberto Núñez Feijóo, aplaudió la decisión del exministro y se mostró convencido de que es la más "acertada" y la "más inteligente", un paso que "le honra" y, al tiempo, "zanja la polémica" por su nombramiento.
Tampoco tardó la reacción de otra de las voces del PP que con más fuerza han criticado la elección de De Guindos y Rajoy, la portavoz de la Junta de Castilla y León, Rosa Valdeón (PP), manifestó que, "aunque el daño esté hecho, rectificar es de sabios". Valdeón utilizó para expresar su opinión la red social Twitter, la misma de que echó mano el pasado viernes para afirmar que el nombramiento de Soria le producía "vergüenza ajena".
