Coalición Canaria (CC) y Partido Socialista Canario (PSC-PSOE) ponen hoy sobre la mesa de seguimiento del pacto la conveniencia de continuar juntos en el Ejecutivo regional o abordar el resto de la legislatura por separado, con todas las implicaciones -búsqueda de nuevas mayorías- que eso comporta. Ambas partes acuden a la cita atrincherados en las posiciones que determinaron el abandono de los consejeros socialistas del último Consejo de Gobierno, afrenta que el presidente Fernando Clavijo (CC) no está dispuesto a pasar por alto.
Los socialistas llegan al encuentro, puede que el último, con la intención de retomar las conversaciones en el punto en que se produjo su espantada en el cónclave del Ejecutivo hace una semana. Esto es, pretenden que se vuelva a negociar sobre el modo en que se ha repartido el 75% (eje 2) del dinero que integra el Fondo de Desarrollo de Canarias; con arreglo a la triple paridad.
En CC han dibujado con trazo intenso una línea a no traspasar durante la cita: esa distribución no se toca, ni tan siquiera se habla de ella, y si la otra parte insiste, bien mirarán para otro lado, o bien darán por terminada la reunión.
Ese encuentro de los partidos que conforman la mayoría de gobierno en las Islas estará precedido de la reunión semanal del Consejo de Gobierno. Volverán a sentarse a la misma mesa el presidente regional, Fernando Clavijo (CC), y su vicepresidenta, Patricia Hernández (PSC), quienes han convertido una relación que nunca estuvo marcada por la estrecha confianza en una mucho peor. Como ejemplo, el comportamiento de ambos en el Pleno del Parlamento celebrado la semana pasada, en el que no cruzaron una palabra y ni tan siquiera hicieron un esfuerzo por saludarse.
Clavijo ya no quiere tener al lado a Hernández, pero tampoco quiere ser él quien dé el paso de destituirla junto a los otros tres consejeros socialistas. Fuentes consultadas explicaron que el equipo del jefe del Ejecutivo baraja incluso tomar decisiones más drásticas que hagan imposible ya a los socialistas mantenerse dentro del Gobierno.
Por su parte, Patricia Hernández y sus allegados se sienten traicionados. Aseguran que los nacionalistas, con Clavijo y el secretario general de CC, José Miguel Barragán, a los mandos, convirtieron el último Consejo de Gobierno en un trágala de imposible digestión. Desde la orilla socialista, explican que el presidente canario se había comprometido, incluso en público, a no convertir la distribución de los fondos en un reparto de dinero para atender cuestiones que no repercuten de manera positiva en la economía productiva del Archipiélago.
Con esas posiciones de partida, la cuestión a atender en primer lugar es por qué no han roto ya. Ambos tienen razones. Clavijo se expone a encontrar problemas para aprobar el presupuesto de 2017, cuyo trámite definitivo se aborda en tres semanas. Hernández prefiere esperar por un cese involuntario, ya que teme perder apoyos en su carrera por liderar el partido en las Islas.
Pero la partida de mañana tiene una mano más, la iniciada por el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales (Nueva Canarias), también socio de los socialistas en la institución insular, contra del modo en que se ha distribuido el Fdcan. A su llamada acuden hoy los diputados regionales y alcaldes grancanarios -menos Firgas, San Mateo y Mogán- para crear un frente antitriple paridad.
La respuesta a esta iniciativa la dio el sábado el presidente del Cabildo tinerfeño, Carlos Alonso (CC), quien también reunirá a los alcaldes de dicha isla para, en este caso, protestar contra la decisión de dejar la totalidad de los fondos para empleo del Fdcan (20% del total) en la órbita del departamento de empleo del Ejecutivo regional, en manos de Patricia Hernández. Los cabildos aspiraban a entrar en su gestión.
