"Dos días antes había estado comiendo con los niños en el puesto de la esquina del mercadillo en la que se empotró el camión, y el fondo de las fotos que saqué era el mismo, y muchos familiares y amigos se asustaron". El director deportivo grancanario del equipo de baloncesto Alba de Berlín, Himar Ojeda, reconoce que la tragedia podía haber sido mayor si hubiera tenido lugar un fin de semana. Una apreciación que comparte su compañero en el conjunto de élite alemán, Raúl Rodríguez, quien añade que la noticia dejó en ´shock´ a la población local.
Himar Ojeda, que durante muchos años estuvo ligado al Gran Canaria de baloncesto, recordaba este martes que se encontraba con su equipo mientras entrenaba cuando le llegó la primera comunicación de su mujer quien, a su vez, había recibido un mensaje de una amiga desde Madrid en el que le preguntaba por lo sucedido.
"Empezamos poco a poco a darnos cuenta de lo que había pasado, porque nadie sabía en ese momento nada. Y a partir de ahí empezamos a tranquilizar a todo el mundo", señala Ojeda, que antes de aterrizar en Alemania estuvo como responsable de seguir a posibles jugadores de interés para el equipo de la NBA Atlanta Hawks.
El director deportivo admite que la fotografía que había sacado dos días antes en el mismo mercado navideño en el que tuvo lugar el atentado ayudó a que creciera la preocupación de sus amistades en Canarias, ya que asociaron ambas instantáneas. La imagen mostraba a sus niños en la misma esquina en la que se quedó el camión, y que ha dado la vuelta al mundo. Y se habían parado a comer en el primer puesto de venta, en un recinto abierto que es muy frecuentado por alemanes y turistas, sobre todo en estos días. De ahí que no tenga dudas de que, si en vez de un lunes hubiese acaecido el suceso un domingo, el resultado hubiese sido "dramático". En cualquier caso, asegura que nadie en el equipo conocía a afectados.
Himar Ojeda manifiesta que los jugadores norteamericanos han dado muestras de su solidaridad con el suceso, ya que es un tema con el que son muy susceptibles por la experiencia en su país. En este sentido, admite que la preocupación de muchos alemanes en estos momentos es que pueda afectar a los refugiados, sobre todo a grupos que ya se encuentran acogidos en el país, y con algunos de los cuales trabaja el equipo. "Conocemos casos muy duros".
Por su parte, Raúl Rodríguez, que es el director deportivo de la cadena de filiales del Alba recuerda que cuando ocurrió el atentado se encontraba entre casi 200 niños y niñas de entre 14 y 18 años que asistían a la fiesta navideña organizada por el club, en un pabellón a unos seis kilómetros del lugar. Y que se enteró por la llamada de una amiga berlinesa, antes de que comenzara a difundirse entre los padres.
El acto continuó, ya que solo quedaba una pequeña final. "La gente se quedó en shock", reconoce Rodríguez, que lleva cinco meses en el cargo. A pesar de todo, recalca que siente que Berlín es una ciudad segura y su población muy amigable, aunque estos casos son inesperados.
El director deportivo apunta que este martes se celebró otro acto navideño con jugadores más jóvenes, con la asistencia de muchos padres.
