Pedro Sánchez abarrotó ayer el auditorio del Cicca, en la capital grancanaria, donde fue ovacionado en numerosas ocasiones con gritos de: "¡Pedro Pedro!" y hasta incluso de: "¡Presidente, presidente!" Sólo un día después de la presentación de la candidatura de Susana Díaz a las primarias, arropada por numerosos dirigentes, Sánchez, aspirante a la secretaría general del PSOE, lanzó un claro mensaje a su oponente: que la formación pertenece a la militancia "y no a la alta dirigencia".
El exsecretario general defendió en Las Palmas de Gran Canaria, donde participó en la Escuela de Invierno organizada por la agrupación local de los socialistas, que en su organización hay nombres ilustres, entre los que citó a Felipe González, Alfonso Guerra o José Luis Rodríguez Zapatero -que apoyaron a Susana Díaz en el acto del domingo-, pero "si hay democracia es gracias a los votantes progresistas y a la militancia del PSOE".
"El respeto al partido y el cariño que le tenemos a la historia de la organización es patrimonio de la militancia y no de la alta dirigencia", expuso taxativamente. Por ello, insistió en que el partido no debe ser del siglo XX "sino del siglo XXI" para conquistar a los jóvenes, su gran reto, y sentenció que "el voto de un secretario general vale lo mismo que el de cualquier militante de Gran Canaria". Pedro Sánchez reiteró que respeta la historia, pero en su partido hay quienes siguen sin comprender lo que los miles de ciudadanos les dijeron hace unos años cuando salieron a la calle con el movimiento del 15-M, done demandaban ya una "democracia real".
No se refirió directamente a sus oponentes pero dejó claro que va a ser duro en la batalla para vencer en las primarias a Patxi López y, sobre todo, a Susana Díaz.
Explicaciones
"Ahora que ya sabemos quienes son los candidatos, aquellos que defendieron la abstención que expliquen el por qué lo hicieron; que expliquen el por qué derrocaron a un secretario general elegido por la militancia, o por qué no plantearon un referéndum a las bases sobre la abstención al PP". Para Sánchez, las primarias son una buena oportunidad para que aquellos que le forzaron a dimitir tras las últimas elecciones digan ahora a los militantes los motivos por los que el PSOE facilitó con su abstención que Mariano Rajoy volviera a gobernar sin que ni siquiera consultaran a las bases.
De hecho, prometió que si es de nuevo secretario general cambiará los estatutos para que cualquier pacto postelectoral que se haga tenga una previa consulta a la militancia, así como que plasmen "expresamente que las gestoras solo pueden durar 90 días y no nueve meses", en alusión a la dirección provisional del PSOE. "¿Qué ha cambiado después de la abstención a Mariano Rajoy? Nada, los jóvenes emigran, las mujeres sufren las consecuencias de la reforma laboral y Bárcenas está en la calle sin haber devuelto el dinero", reflexionó, al tiempo que señaló que "cuántas cosas podrían haberse transformado" si su partido estuviera hoy al frente de un Gobierno de progreso.
En su discurso, el exsecretario general del PSOE aseguró que en el caso de que no gane las primarias va a ser "leal" con el nuevo líder del partido, porque nadie mejor que él sabe lo que supone "ser cuestionado día a día desde dentro".
De hecho, afirmó que en un proceso de primarias "nadie gana ni nadie pierde" pues "entre compañeros no hay adversarios", sino que estos se están "fuera", en las filas del PP.
En varias ocasiones hizo referencia a la "unidad" de la formación, pero "la unidad a sus militantes y a sus principios, no a la derecha", abogando por que el PSOE debe recuperar los ideales de la izquierda, y convertirse en un partido "ganador", que no esté "debajo del PP ni a su lado, sino en frente ".
También apostó por "un PSOE coherente", porque está seguro de que su partido volverá a gobernar "el día que diga lo que hace y haga lo que dice". "Yo cumplí mi promesa y pagué un alto precio. Que sea la última vez que un secretario general tiene que dimitir por cumplir con la palabra dada", enfatizó, al tiempo que defendió que su partido debe ser "autónomo, pues hay algunos poderes que quieren ver al PSOE de subalterno al PP".
Según Sánchez es "un político libre", por lo que si es secretario general su partido no estará sometido a nadie. Y además, defenderá en el PSOE "un sueldo, un cargo", incorporar "savia nueva, el feminismo, el federalismo, nuevas reivindicaciones para una muerte digna abriendo un debate amplio sobre la eutanasia o la derogación de los acuerdos con la Santa Sede y que también la Iglesia pague impuestos", enumeró entre sus objetivos.
Asimismo tuvo unas palabras para Canarias, por lo menos al principio de su intervención porque la dirección del PSOE en la ciudad echó a la prensa del auditorio cuando empezaba el turno de preguntas, con el argumento de que lo había pedido la militancia. Sánchez cree en la ultraperificidad de Canarias, "tiene que haber una financiación autonómica justa, más inversiones y un nuevo sistema electoral".
