Nadie puede con ella. Ni siquiera un fuerte catarro desde hace cuatro días la tumba. Ana Oramas estuvo a punto de suspender su intervención en el foro organizado por LA PROVINCIA / DLP, pero superó la adversidad con Augmentine, un caramelo, fuerza de voluntad y algo de cabezonería. Acostumbrada a hablar apenas tres minutos o incluso menos en el Congreso de los Diputados, la parlamentaria de Coalición Canaria (CC) en Madrid exprimió cada segundo de su intervención, en la que no se mordió la lengua y lanzó dardos que no dejaron indiferente a nadie.
Desde junio de 2007 es diputada nacional de CC por Santa Cruz de Tenerife, pero nunca se ha sentido parlamentaria de una circunscripción, sino que tiene una visión de Canarias amplia, que trasciende su provincia natal. Hilo entre el Gobierno regional y el Estado, ve imprescindible la presencia del nacionalismo en Madrid. Eso sí, precisó, un nacionalismo como el de CC, "constitucionalista, serio, con capacidad de diálogo con izquierda y derecha y que ayuda a dar estabilidad al país". Oramas cree "heroico" haber mantenido la representación en la Cámara Baja tras un año y medio de inestabilidad y dos procesos electorales. Un escaño de CC que, a pesar de que "hay gente que lo desprecia, ha servido para que España tenga presidente, presupuestos y políticas de Estado con las Islas".
Así lo aseguró ante unas 150 personas, en su mayoría empresarios de todos los sectores productivos, sobre todo plataneros; los cónsules de Marruecos, Suiza, Italia, Islandia y Guatemala; y dirigentes sindicales de la estiba, entre otros.
En su alocución, Oramas defendió el giro de 180 grados que tuvo que dar CC en 2014, al decidir que el entonces presidente de Canarias, Paulino Rivero, fuera sustituido como candidato por Fernando Clavijo, pupilo de Oramas y su sucesor en la Alcaldía de La Laguna. Una "decisión traumática" que afectó a Coalición y, de hecho, la dirigente tinerfeña admite que, debido a su apuesta por Clavijo, todavía tanto ella como él tienen "muchos enemigos". "Pero él ha sido muy valiente", aseguró la nacionalista, que alabó al jefe del Ejecutivo como defensor de la "lucha limpia y el respeto al contrincante", pues aún mantiene su disciplina de cuando fue campeón de kárate en Canarias y en España y por eso al saludar hace una genuflexión, justificó Oramas. No sólo ensalzó la figura de Clavijo, sino que se deshizo en elogios al vicepresidente, Pablo Rodríguez, y, especialmente, al titular de Economía, Pedro Ortega, que se perdió los piropos porque estaba en el Parlamento. Sí asistieron a la charla, aparte de Rodríguez, los consejeros José Manuel Baltar (Sanidad), Rosa Dávila (Hacienda), Teresa Lorenzo (Turismo) y Nieves Lady Barreto (Política Territorial).
"No sé si el próximo presidente será Pablo o si Pedro dará el paso de afiliarse a CC", comentó Oramas, que desveló que ella misma intercedió para convencer a Ortega de que se uniera al equipo de Clavijo. Eran muy amigos y aunque el entonces gerente de La Isleña, muy respetado en círculos empresariales de Gran Canaria, se mostró reacio a participar en política, "lo hizo por vocación social", apostilló.
La peor parte de su discurso se la llevó Podemos, partido al que descalificó: "No aportan nunca nada, sólo dan titulares y numerito". Se mostró indignada por la "malcriadez" de esta formación, a la que acusó de no trabajar, sino de montar "numeritos", como los de "la cal viva, el beso en la boca y la otra dándole el pecho al niño". "Todo para figurar", afeó, y describió al partido de Pablo Iglesias como "leninismo 3.0".
Tampoco se salvó de las críticas el PSOE canario. Según Oramas, la salida de Patricia Hernández y los otros tres consejeros socialistas en diciembre "no fue por un problema del Fdcan, ni por Sanidad, sino por la batalla interna en el PSOE, donde no había un interlocutor, sino cuatro facciones y, además, hace falta madurez y autoridad". Entre el público, casi sin pestañear, los socialistas Juan Jesús Facundo, alcalde de Arucas, el consejero de Empleo del Cabildo, Gilberto Díaz, y el presidente del Consejo Económico y Social, Blas Trujillo. Ni un alma de Nueva Canarias y mucho menos de Podemos. Del PP sólo se vio al exalcalde de la capital Juan José Cardona y al edil Pablo Barbero.
Alcanzaron balas hasta los empresarios, a quienes Oramas tiró de las orejas. Defendió la hoja de servicios de CC como "único" partido que defiende a Canarias, por lo que instó sin ambages a los líderes sociales, sindicatos y patronales presentes a que "cuando vengan las elecciones piensen en esta tierra y después voten".
Oramas, que sueña con montar una escuela de cocina cuando deje la política, nunca olvidará que fue una de las 30 personas asistentes a la firma de la abdicación del rey Juan Carlos I, un hecho histórico.
