El Archipiélago está en el centro de la hispanidad. Así lo afirmó ayer Maximiano Trapero, Premio Canarias de Patrimonio Histórico 2017 y portavoz de todos los galardonados en el acto institucional del Día de Canarias celebrado en el Teatro Pérez Galdós. Valedor de la poesía popular de tradición oral de las Islas e investigador de la semántica y lexicología del español que se habla en la región, Trapero reivindicó la pertenencia a "una de las grandes culturas que se han configurado a lo largo de la historia" y el "sentimiento de orgullo" de sentirse parte de "esa comunidad universal".

El catedrático de Filología Española de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) destacó durante su intervención, que tuvo lugar tras el espectáculo musical y la entrega de las distinciones, que lo universal que se puede encontrar en Canarias se asienta en la proyección que la región tiene en América. No en vano, Trapero señaló que desde el Archipiélago se asomó a la América hispana, lugar en donde encontró la otra mitad de su "ser cultural".

La posición geográfica de las Islas es imprescindible para entender el lazo que une a la comunidad isleña con el continente americano y su aportación a la hispanidad. Trapero incidió que, tal y como explica a sus alumnos, el español que se habla en Canarias constituye "la mejor síntesis de los dos extremos".

Si por un lado se sitúa el consonantismo fuerte del norte peninsular, una lengua más conservadora, en el otro punto se encuentra el español evolucionado que se inició en Sevilla y llegó a las Islas. Éste, tras establecerse en la región, viajó a América. Este relato sirvió a Trapero para afirmar que esa modalidad que los filólogos llaman "español atlántico" nació en el Archipiélago: "El centro, pues, del español universal son las hablas canarias".

Tras reconocer que los isleños presentan diferencias en su modo de hablar con respecto al resto de hispanohablantes, Trapero subrayó que son más las semejanzas, "y sobre todo mucho más importante", los rasgos comunes que comparten con las modalidades dialectales del español. "Eso es lo que nos permite ser más universales, pertenecer a una comunidad cultural de más de 500 millones de personas", esgrimió. Y tomando prestadas unas palabras del filólogo Manuel Alvar, puso de relieve que el español de Canarias tiene "tan buena ejecutoria" como el que se habla en otras regiones. Su característica reside, pues, en los "elementos diferenciales" con los que da lustre a la lengua común.

Precisamente esas peculiaridades del habla canaria son las que llamaban la atención de los foráneos que llegaron a Canarias, tal y como recordó el catedrático. "Quien ve desde afuera ve con más objetividad y se fija más en lo diferencial, apostilló.

Él no nació en las Islas, pero acumula una vasta trayectoria en la investigación de las raíces históricas y señas de identidad del pueblo canario. Sus trabajos sobre la lengua y patrimonio literario del Archipiélago -como el romancero tradicional, el cancionero popular, la toponimia o la décima- han arrojado luz en estos campos. De ahí que Trapero reivindicara que "todo eso" es también patrimonio de las Islas pese a que muchas veces no se catalogue como tal. Es, según sostuvo, "más frágil y menos notorio" que los bienes materiales, "pero no menos importante" porque manifiestan la "verdadera identidad cultural de un pueblo" al que vincula con "un pasado que no ha dejado de vivir nunca".

El Premio Canarias de Patrimonio Histórico 2017 subrayó, a su vez, que celebrar Canarias significa "reconocer con orgullo la identidad de ser y sentirse canario". Y este sentimiento no debe ser exclusivo de quienes hayan nacido en las Islas, pues según apuntó, además de los "sentimientos imperecederos" que surgen en quienes han nacido o se han criado en una tierra determinada, se suman los que brotan en aquellos que proceden de otras regiones y echan raíces en ese mismo territorio. "Así lo siento yo. Doy infinitas gracias a la fortuna que me trajo a Canarias y que me ha permitido desarrollarme como persona en todos los ámbitos del ser humano", remarcó.

Sirviéndose de unos extractos de Don Quijote de la Mancha, el catedrático agradeció tanto su designación como la del resto de premiados y las doce medallas de oro, de quienes destacó su trayectoria, aportación al desarrollo de Canarias y rescate de las tradiciones. Trapero sostuvo que continuarán con sus trabajos para hacer del Archipiélago "la tierra de excelencias" que se pretende alcanzar.

Asimismo, el experto en toponimia tuvo unas palabras de recuerdo para el historiador y Premio Canarias al Acervo Histórico y catedrático de Historia Moderna Antonio de Bèthencourt Massieu, quien falleció hace apenas dos meses con 97 años: "Su memoria perdurará tanto como sus obras merecen".