La Ley del Suelo llega hoy al pleno del Parlamento con el consenso fracturado y viene a visualizar el primer acuerdo en la Cámara entre CC, el PP y la Agrupación Socialista Gomera (ASG) desde el inicio de las negociaciones para la entrada de los populares en el Gobierno monocolor y en minoría del nacionalista Fernando Clavijo. La norma se aprobará con el apoyo de los 33 diputados que suman estas tres formaciones y el rechazo del PSOE, Nueva Canarias (NC) y Podemos, pese a que los socialistas contribuyeron a que el texto saliera adelante cuando estaban en el Gobierno regional con los nacionalistas.
No obstante, los empresarios canarios esperan esta Ley del Suelo como agua de mayo, por la simplificación de la maraña normativa actual y el relanzamiento que puede dar a la economía canaria facilitando la inversión y la generación de empleo.
Con todo, la patronal de hostelería de Las Palmas rechaza la solución que se le ha dado, vía enmiendas, a la residencialización en zonas turísticas, donde el uso residencial queda consolidado hasta el 1 de enero de 2017 y a partir de esa fecha se prohíbe. El presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo (FEHT), José María Mañaricúa, estima que esta fórmula es de una "gravedad" absoluta porque "a las camas que podrían estar operando turísticamente se le va a dar la categoría de residencial, siendo su uso turístico, lo que va restar riqueza y empleo a Canarias".
Jorge Marichal, presidente de la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro, no piensa lo mismo. Considera que es una solución intermedia entre los propietarios y el sector turístico porque se va a respetar la unidad de explotación y no se permitirá el alquiler vacacional.
Salvo estas diferencias y a la espera de estudiar con más detalle la norma tras la introducción de enmiendas, "no cabe duda de que es un marco mejor que el actual, donde se promueve la actividad económica y la generación de empleo en los sectores primario, la industria y el turismo", valora el presidente de la Confederación Canaria de Empresarios (CCE), Agustín Manrique de Lara. También la patronal de la construcción y la de agricultores y ganaderos consideran la ley estrella de Clavijo como una necesidad imperiosa. Salud Gil, presidenta de la Asociación de Empresarios, Constructores y Promotores de Las Palmas, cree que este texto "va a permitir que mucha inversión inmovilizada se movilice, genere productividad y empleo". El hecho de que se apruebe con el rechazo de más de la mitad de la Cámara "no es un problema, es la democracia; la unanimidad en la moratoria ha sido un fracaso por el inmovilismo durante veinte años", opina.
Rafael Hernández, presidente de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos de Canarias, expone que el apoyo del sector primario a la norma es unánime, por la regulación que se hace del suelo rústico, que se puedan tener usos complementarios y se resuelva la legalización de las explotaciones ganaderas.
Aunque la Ley del Suelo ha provocado una fractura política en el Parlamento, una buena parte del texto y de las enmiendas saldrán por amplia mayoría. No obstante, los puntos más polémicos obtuvieron el voto exclusivo de nacionalistas, populares y gomeros en la comisión de Política Territorial previa a la sesión plenaria de hoy, entre ellos, que la Cotmac o el órgano que la sustituya no tenga potestad para realizar la evaluación ambiental de los planes insulares y del planeamiento de los cuatro municipios más habitados de Canarias. Tampoco hay acuerdo en los proyectos de interés insular y autonómico o en las ordenanzas municipales.
El presidente del Gobierno ha considerado que la Ley del Suelo supondrá una "verdadera reforma de la economía canaria". Los grupos que la apoyan aseguran que va a ser fundamental para facilitar la inversión en suelos aptos para ser desarrollados, desbloquear planeamientos y, en paralelo, mantener la protección de los espacios naturales y suelos rústicos. En cualquier caso, hoy ya hay convocadas concentraciones en contra y a favor de la ley a las puertas del Parlamento.
