En Canarias se han instalado once mesas en las que miles de venezolanos se han acercado para ejercer su derecho a voto. Dos de esas mesas se han habilitado en el auditorio de Tenerife Adán Martín y en el parque de San Telmo, en Las Palmas de Gran Canaria, donde desde primera hora de la mañana se han formado largas colas de personas que han querido participar en esta consulta.

Según la Unión Canaria Venezolana, que respalda la convocatoria electoral, en esta jornada se busca sondear el apoyo al chavismo y los primeros sondeos indican que el 80% se los venezolanos que han ejercido su derecho a voto se opone al régimen y a la reforma constitucional que impulsa Maduro.

En declaraciones a Radio Nacional de España, el delegado de la Unión Canaria Venezolana en Las Palmas, Alberto León, ha indicado que esta consulta «tiene como finalidad hacer una demostración a nivel mundial y de las organizaciones internacionales y responsabilizar al Gobierno de Maduro de lo que está ocurriendo en Venezuela, de la rotura del hilo constitucional, de la violación de los derechos humanos y del secuestro de los poderes públicos».

Miles de chavistas desencantados de los barrios populares del oeste de Caracas acudieron también a unas urnas improvisadas convocadas por la oposición, en un referendo no reconocido por el Gobierno con el que el antichavismo aspira a parar el proceso constituyente activado por el presidente Nicolás Maduro.

Los organizadores de la votación temen que grupos chavistas armados saboteen la consulta con actos de intimidación y violencia, especialmente en las áreas del oeste de Caracas donde más simpatías tuvo el proyecto socialista de Chávez.

Pero la jornada transcurría a media mañana sin incidentes, y el único contratiempo en Antímano se produjo cuando la Policía exigió a los voluntarios que montaron las urnas que desalojaran el lugar.

A pocos metros del centro histórico de Antímano, ya en la parroquia de Mamera, quienes siguen fieles a Nicolás Maduro formaban fila ante una escuela para entrar a participar en el simulacro de la votación en la que el 30 de julio debe elegirse la Asamblea Nacional Constituyente impulsada por el oficialismo.

«El salario nos lo han aumentado este año cinco veces. Aquí vivimos en plena libertad y soberanía. Somos chavistas, maduristas y bolivarianos», reivindica antes de entrar al simulacro Jaime González, que considera «ilegal» y absurdo» el referendo opositor.

Escenas similares se veían en uno de los cuatro centros de votación instalados en el sector Montalbán, una zona de clase media donde la oposición habilitó mesas para que votaran también los vecinos de la popular parroquia de La Vega, donde no se desplegaron mesas por riesgo de ataques de partidarios del Gobierno.

«Este país está en el subsuelo, somos un país tan rico y estamos pasando penurias. Quiero un cambio», declara en la cola para votar en Montalbán Carlos Izaguirre, que es profesor en La Vega. «Era una zona bastante chavista, pero ahora (el chavismo) tiene menos apoyo».

También de La Vega son las hermanas Silvana y Silvania Marrón. «Este Gobierno ha colocado a personas que no saben nada, que no han estudiado, ellos son los que trabajan aquí, y los estudiantes tienen que irse fuera para trabajar», afirma una de las dos jóvenes, que dice haber venido a votar por el futuro de su hijo.