Ya fue secretario general del PSOE, dejó su escaño en Canarias y prefirió optar por Europa ¿por qué ha decidido volver?
Porque ahora deciden los militantes, a diferencia de hace diez años, y porque el partido está peor que entonces y requiere compromisos extraordinarios y yo lo ofrezco. El partido está ahora desunido, debilitado y desdibujado. Quiero asegurar la unión y el reagrupamiento de todo el PSOE desde la ejemplaridad, revitalizando sus órganos de dirección y de deliberación y control. De modo que en los comités los militantes puedan expresarse libremente y la dirección fije posición después de haber escuchado a todos.
¿El PSOE ha estado perdido?
El partido viene de una etapa de desdibujamiento, en la que la gente ha dejado de escucharnos. Los comités se han reunido de higos a brevas en medio de una plétora de gestoras. Si alguna vez los comités se reúnen es sólo para hablar de asuntos orgánicos, convocatorias, procedimientos, calendarios y elaboración de listas, nunca para producir una posición política. Quiero un partido que fije posición política y al que la ciudadanía escuche y prefiera. Para ser mayoría y alternativa es imprescindible que el PSOE sea más de lo que ahora es y volvamos a traer al partido a muchos de los compañeros que lo han abandonado y a todos los votantes que hemos perdido.
¿Qué ha llevado a que el partido esté en esta situación?
Hay un deterioro cuantitativo, pérdida de votos y escaños, y un deterioro cualitativo, que significa un empeoramiento del clima de convivencia. Éste me preocupa mucho más. Quiero restablecer el respeto mutuo y el reconocimiento entre socialistas y la fraternidad. Ha habido una prolongada ausencia de liderazgo regional claro. En el vacío se ha producido una cacofonía entre agrupaciones insulares y locales que emiten mensajes disonantes. Es hora de llenar ese vacío.
¿Cómo va a dirigir el partido desde Bruselas?
Si soy elegido secretario general me comprometo a asumir de manera efectiva la reunión del partido, su reagrupamiento, su revitalización y su dirección; a escuchar a las agrupaciones insulares y locales y respetarlas en sus ámbitos de decisión, pero aportar valor añadido; reunir la ejecutiva todos los lunes, recuperar el nervio en el PSOE y a ser candidato en una elección directa que tendrá lugar dentro de dos años a la Presidencia del Gobierno, con pleno respeto a las candidaturas que puedan surgir y a la espera de la decisión de la militancia.
¿Habrá votos libres en estas primarias, como usted reclama?
Los he venido buscando desde el minuto uno y para ello he urgido la toma de conciencia de que nos jugamos nuestro futuro este domingo. La gestora fijó una fecha desmotivadora, veraniega y en vacaciones de muchos militantes. He recorrido todas las Islas, con tres y cuatro actos al día, y he querido debates. Acepté los ofrecidos por los medios de comunicación, pero las otras candidaturas los han rechazado y la gestora ha organizado un solo debate que no es el que el partido necesita: un debate rígido, encorsetado, minutado, en cinco bloques, sólo una hora y con intervenciones de dos o tres minutos. Deploro que el partido se haya reducido de esa manera lamentable. En los escasos comités que ha habido en los últimos años se estrangulan los turnos de palabra con un constante "compañero, no tienes la palabra".
¿Le han pedido que se una a alguna de las otras candidaturas?
Cuando di el paso, anunciaron que no obtendría los avales, pero los hemos doblado y han sido avales libres, que entraban y salían de la mochila de la carretera, por eso los presentamos arrugados, escritos con caligrafías y tintas distintas, a diferencia de otros avales planchados, con la misma caligrafía y tinta porque habían sido recabados por teléfono sin salir de una habitación. Quiero que los militantes decidan libremente, que no acepten instrucciones ni obediencias de vida, ni líneas jerárquicas de inducción al voto, sino con conciencia y con emoción, con convicción sobre el partido que quieren en el futuro. Yo les ofrezco ideas claras y criterio. Deciden los militantes, pero eso no exime a quien aspira al liderazgo de tener ideas propias y ofrecérselas a la militancia.
¿Con usted al frente del PSOE el pacto con CC sería viable?
Respeto a las 88 agrupaciones locales y a las siete insulares, en cada una tiene que haber un espacio propio de decisión y al cabo de cada mandato se deben rendir cuentas. Además, hace falta una dirección regional. Venimos de una experiencia humillante, de sumisión a ATI y CC, que ha presidido el Gobierno por enésima vez sin haber ganado las elecciones. Impuso al PSOE un pacto en cascada y le exigió su cumplimiento, imponiendo incluso que el PSOE expedientara o expulsara a quienes molestasen a ATI y a CC, pero sin que el PSOE, por debilidad, haya exigido de ATI y CC simetría y correspondencia. El resultado fue la expulsión de los consejeros socialistas, cuando ATI lo decidió, y una infamia retrospectiva sobre su gestión. Al PSOE sólo le cabe levantar la cabeza, ponerse de pie y ponerle proa a ATI y CC. No basta con decir que seguiremos en la oposición hasta 2019. La tarea del PSOE es poner a ATI y a CC en la oposición de una vez y reivindicar desde los valores de la izquierda una mayoría alternativa y merecerla en las urnas, ganando con autoridad, de forma que nadie la discuta.
¿Es partidario de una moción de censura a Coalición?
La moción de censura puede ser una herramienta cargada de sentido, tanto si se quiere formular la alternativa como si se obtiene el apoyo para ejecutarla y hacerla viable, pero lo que exijo es que el PSOE tenga voluntad de mayoría y de Gobierno, que no significa participar en un reparto de cargos públicos, sino de fijar la agenda política y legislativa. Para eso hace falta una campaña que no sea floja por miedo a que, si ofendemos a ATI, a lo mejor no nos llama la noche de las elecciones y no nos ofrece ser socio menor ni subalterno de los perdedores de las elecciones con tal de participar en un reparto de poder. No es ése el destino que quiero para el PSOE. No quiero una campaña floja por miedo a incordiar a ATI.
¿Si gana integrará a sus rivales en la dirección del partido?
No son mis rivales, son expresión de la pluralidad del partido, son mis compañeros y tienen mi respeto y cariño de muchos años. Integraré a todo el partido, a las dos candidaturas y a sus plataformas, porque el PSOE no soporta una sola mutilación más, no puede descapitalizarse más. Hemos perdido militancia, votos y escaños. El sectarismo es un mal que combato. El liderazgo tiene que escuchar sin miedo a que le lleven la contraria, pero capaz de sostener su posición y fijar el rumbo después de haber escuchado mucho y haciendo que quienes hayan intervenido en el debate se sientan reconocidos. Eso es liderazgo, no cortar ni estrangular la palabra en los comités para que no hablen los díscolos o incómodos, y no expedientar a quien te lleva la contraria, cosa que nunca pasó bajo mi mandato y sí después.
¿Su candidatura es una pinza con Patricia Hernández contra Ángel Víctor Torres?
Mi candidatura es la de la militancia. Surge sin apoyos orgánicos, no surge en una reunión de secretarios insulares ni de un pacto entre secretarios y alcaldes, surge de hombres y mujeres libres de a pie. Hemos recabado los avales a pecho descubierto, en la carretera, sin que ningún secretario de Organización los haya requerido por teléfono. El partido está empobrecido y envejecido y necesita reverdecer, crecer y rejuvenecerse.
