"Gobierno de aficionados"; "falta de rigor"; "falta de liderazgo"; "un gobierno que se esconde tras las cortinas"; "no tienen credibilidad"... Son solo parte de un sinfín de reproches e incluso vituperios que la oposición dirigió ayer a los consejeros de Sanidad, José Manuel Baltar, y Sostenibilidad, Nieves Lady Barreto, durante la comisión parlamentaria que debía abordar la proliferación de microalgas y su posible y remota incidencia en la salud pública. Pero lo cierto es que convencidos ya todos de que los vertidos no son el origen de este fenómeno -Barreto tendrá que lidiar ahora con la duda sobre si las aguas negras pueden o no alimentar a estos microorganismos-, la reunión en realidad sirvió para que la oposición lanzara al Ejecutivo una advertencia apenas soterrada, la de que gobernar en minoría se paga, y para que unos y otros se reprocharan mutuamente la alarma que han generado las cianobacterias. Un fenómeno "natural" que ha abierto una nueva brecha en las ya de por sí deterioradas relaciones entre el Gobierno y los partidos opositores.
Y el portavoz y presidente de Nueva Canarias (NC), Román Rodríguez, se encargó de deletrearlo en voz alta. "La oposición representa a la mayoría en este Parlamento", repitió en varias ocasiones. Noemí Santana y Francisco Déniz, que se repartieron la portavocía en Podemos, no fueron menos beligerantes: "Lo que han hecho es un claro ejemplo de la estrategia del avestruz". "Se esconden detrás de las cortinas cada vez que tienen que afrontar una crisis", se sumó el ayer portavoz del PP, Zacarías Gómez, que avisó que si los vertidos no se solucionan en plazo prudencial, denunciarán ante la fiscalía.
En la vorágine se mezcló todo. De las microalgas a la Ley del Suelo, pasando por el "capitalismo salvaje", en palabras de Déniz, que practica el Ejecutivo autonómico. Tampoco faltaron las alusiones a la limitada "capacidad de carga" de las Islas, alusiones desde NC y Podemos ante un turismo creciente que "consume" y que debe, a su juicio, regularse. No en vano, el diputado de Podemos quiere seguir con las clases de natación que imparte a su hija en las aguas de El Médano, en Tenerife, y no lo termina de ver claro con la política "depredadora" del medio que, dice, lleva a cabo el gabinete de Clavijo y que denunció entre el asenso de Rodríguez.
Claro que la oposición no solo atacó, sino que se sintió atacada cuando la consejera de Sostenibilidad dejó claro que no tenía interés en entrar en el fondo del asunto de los vertidos de aguas negras. Ello no obstó, sin embargo, para que Barreto recordara que lo de los vertidos "es responsabilidad de todos, de todas las administraciones y de todos los partidos". La representante del Gobierno no se arredró al pasar al ataque y dijo que pese a la preocupación de los partidos de la oposición, fue ella quien decidió solicitar una comparecencia para abordar la polémica de los vertidos, comparecencia que se celebrará en el próximo pleno. "Hoy toca hablar de las cianobacterias", recordó para enfado de los diputados. Menos Elena Luis, de CC, que se esforzó en señalar que lo de menos eran los microorganismos y lo de más "debilitar al Gobierno como sea".
Déniz calificó la política del Ejecutivo de "cianobacteriana"; desde el grupo de CC respondieron: "Lo de ustedes sí es cianobacteriano".
