El exministro de Defensa José Bono denunció ayer que los secesionistas catalanes "han enseñado a odiar a España" en las escuelas y que lo sucedido en Cataluña es un "golpe de Estado" en el que, en vez de armas de fuego, se ha utilizado el "odio político", algo que conoce bien el dirigente socialista. Por eso aseguró estar "harto" del victimismo de los dirigentes que han forzado la inestabilidad en la que se encuentra el Estado: "ni Pujol ni Puigdemont son víctimas, víctimas son los pobres y los parados, en todo caso los españoles somos victimarios de su cargamento de falsedades y mentiras", aseguró.

El que fuera también presidente de Castilla-La Mancha y presidente del Congreso de los Diputados aseguró que ahora se está en el tiempo de defender a los partidos constitucionalistas, por lo que "he hecho un paréntesis, mientras tengamos este embate golpista no estoy en disposición de atacar a aquellos que defienden la Constitución, lo que deseo como ciudadano es que los tres partidos lleguen al mayor grado de acuerdos posible para vencer al secesionismo y a aquellos que quieren seguir golpeando la legalidad y la Constitución, es lo que pienso y es lo que digo", aseveró.

José Bono protagonizó ayer el Foro LA PROVINCIA ante una numerosa presencia de dirigentes políticos, directivos empresariales, abogados, colegios profesionales, banca y otras entidades que llenaron el Salón Palmeras del hotel Santa Catalina. El evento fue patrocinado por Astican, Satocan, JTI, Canaragua y Lopesan, además de la colaboración de EnergyHub.es. El exministro socialista defendió con ahínco y pasión el orden constitucional y la legalidad ya que, en su opinión, "la democracia que no respeta la ley no es democracia".

Bono se mostró a favor del "derecho a decidir", pero "lo que hemos de decidir todos no deben hacerlo unos pocos, es tan evidente que casi sonroja tener que decirlo pero hay tanto cargamento de mentiras en estos años que debemos insistir en ello", añadió. También el dirigente socialista está de acuerdo con dialogar pero primero hay que cumplir la ley y los que la incumplen flagrantemente deben ser puestos a disposición judicial y después sí se puede dialogar. "Cuando por la carretera va un conductor ebrio lo primero que hay que hacer es detenerlo, se le entrega al juez y después ya se dialoga, con el buenismo y la equidistancia hay que tener cuidado no vaya a ser que nos equivoquemos", remachó el exministro.

Bono fue también contundente con el calificativo de "presos políticos" que se les está dando a los miembros del Govern catalán que han sido encarcelados por la Audiencia Nacional. Para el expresidente del Congreso hablar de presos políticos en España es una "indecencia" cuando "estamos en el top internacional de medidas de protección de los derechos humanos, en eso no nos aventaja ninguna otra democracia, aquí estamos en un Estado de Derecho y los gobernantes nos podrán gustar más o menos pero estamos sometidos al imperio de la ley y el que la incumple debe ser llevado a la Justicia".

El dirigente socialista hizo una defensa cerrada de la Constitución frente al desafío independentista catalán, pero también se mostró partidario de reformarla porque hay aspectos del texto que deben ser puestos al día y en algunos puntos es urgente. Incluso Bono apuntó la posibilidad de que la modificación constitucional aborde la regulación del referéndum pero, eso sí, "en toda la nación" porque "lo que no acepto es que se pueda pactar un referéndum para que sólo Cataluña decida sobre las reglas de juego de toda España, lo que no puede ser es que solo los catalanes decidan, por ejemplo, como han de vivir los canarios".

Como exministro de Defensa, José Bono realizó un encendido elogio de la Guardia Civil y de la Policía Nacional tras los acontecimiento del pasado 1 de octubre en un referéndum tachado de "farsa". Según el expresidente castellano-manchego "hemos asumido el concepto inaceptable de que la Guardia Civil cargó contra quienes iban pacíficamente a votar en referéndum por la independencia, cuando en realidad estaban cumpliendo una orden judicial". En este sentido, recordó cuando la policía autonómica catalana actuó a las órdenes de Artur Mas cuando era presidente para "limpiar" la Plaza de Cataluña porque "al día siguiente tenía un acto del FC Barcelona".

"España no es un edificio en ruinas", aseveró el exministro, para a continuación defender que España está en el "ADN del PSOE" y rechazó que se tilde de "fachas" a quienes defienden la bandera y la nación españolas. "Hemos asumido complejos históricos de los que tenemos que deshacernos", advirtió para criticar el concepto de frontera de los nacionalistas: "las fronteras no son dignas de ser sacralizadas, las naciones caerán, pero no voy a discutir sobre la solidaridad de un país y de una nación como es la mía", concluyó el veterano dirigente socialista.