Carteles que gritaban "vivas y unidas", "ni una menos" o "nadie le preguntó a mi violador qué ropa llevaba" inundaron Canarias este 8 de marzo. El paro internacional de mujeres provocó una marea morada que reclamó el foco mediático para hacer llegar al mundo un mensaje claro y directo: "basta". La lucha por la igualdad del Movimiento Feminista Canario es lo que reconocerá el Ejecutivo regional el próximo Día de Canarias con una Medalla de Oro. El Gobierno de Canarias se suma así a la marea morada y reivindica con este galardón el presente del feminismo, pero también la labor de las pioneras en el Archipiélago, esas que lucharon por alcanzar recuperar derechos básicos como el voto femenino. Este premio no será recogido por nadie el próximo 30 de Mayo, ya que ninguna de las organizaciones siente que represente a todas las personas que se consideran feministas en las Islas.
Durante los 60 aparecieron en las Islas las primeras agrupaciones alrededor del movimiento independentista Canarias Libre y encuadradas en la Tercera Ola Feminista. Cuando cayó la dictadura salieron de la clandestinidad y conformaron grupos como la Asociación de Mujeres Canarias, la Organización Democrática de la Mujer y posteriormente la Coordinadora Feminista de Canarias. Comenzaron entonces a plantearse su rol en la sociedad y a exigir cambios en la integración de la mujer en el trabajo fuera de casa, los anticonceptivos y el divorcio.
En los 90 la fuerza de esta Tercera Ola arrancó la violencia machista y la sexualidad femenina de lo privado para convertirlo en debate público y en la primera década de los 2000 empezó a hablarse del patriarcado y a cuestionarse el concepto de género. En el Archipiélago se tradujo en un boom en el número de asociaciones feministas, según señala Ana Hernández, miembro de la Plataforma de Acción Feminista Canaria. Esta asociación fue creada en 2011 por 60 grupos feministas en los que estaban representadas los movimientos de todas las islas. Esta red nació para poder coordinar las movilizaciones y poner en común la agenda feminista en el Archipiélago y dirigirse a las autoridades canarias como una sola voz. A lo largo de los años ha mantenido encuentros con todas las administraciones canarias y, según Hernández, han conseguido arrancar compromisos a las autoridades
Ana Hernández asegura que en las últimas décadas se ha avanzado a pasos agigantados y se ha generado un efecto bola de nieve que desembocó en las masivas movilizaciones del pasado 8 de marzo. "A partir de los 90 los poderes públicos han ido adaptándose a las exigencias del movimiento", explica y señala como ejemplo de ello la Ley de Prevención y Protección Integral de las Mujeres contra la Violencia de Género (2003) y la Ley Canaria de Igualdad entre Mujeres y Hombres (2010).
Estos avances y reivindicaciones han ganado velocidad en los últimos años y han generado un clima social que han empezado a denominar como la Cuarta Ola.
"Hemos pasado de un momento en el que muchos no entendían el movimiento, a una época en la que la mayoría sí que comparten nuestras peticiones", explica Hernández, que apunta que aún "queda gente que desde fuera ve el feminismo solo una herramienta de las mujeres para atacar a los hombres".
La Cuarta Ola Feminista
Esta Cuarta Ola ha convertido las redes sociales en su principal espacio de diálogo. Se ha retomado el eslogan "lo privado es público", que usó el movimiento en sus reivindicaciones sexuales y en su lucha contra la violencia machista, y se ha llevado a lo digital. Lo privado ahora es virtual. Con campañas en plataformas sociales como #MeToo (yo también) o #Cuéntalo las mujeres llenaron internet de denuncias de acoso sexual, violencia y micromachismos, mientras que en Hollywood caían hombres poderosos como el productor Harvey Weinstein. Las redes difunden día a día contenido feminista por todo el mundo y crean una consciencia de unidad y lucha compartida que explica parte del éxito del paro internacional del 8 de marzo de 2018.
Nadie recoge el galardón
"Ese día fue histórico", asegura la portavoz de la Red Feminista de Gran Canaria, Patricia González, que considera que con las "más de 50.000 personas que se echaron a las calles del Archipiélago" se dejó un mensaje claro "esto ya no hay quien lo pare". Idea que reafirmaron las movilizaciones en contra de la sentencia de La Manada, que condenó por abuso sexual y no violación.
La portavoz explica que conceder una Medalla de Oro al Movimiento Feminista de Canarias es "bastante difuso porque como movimiento social es diverso y plural". "Ninguna de las plataformas es representante de todo el feminismo canario", concreta González, que asegura que dentro de la terminología utilizada por el Gobierno también entrarían las personas que "a título individual luchan por la causa y se identifican como feministas". La portavoz explica que en el caso de la Memoria Histórica se especificó y se premió a las asociaciones, pero en el caso del feminismo no se ha nombrado a ninguna organización como depositaria de la medalla. Además, apunta que "es muy fácil conceder este reconocimiento después de un 8 de marzo que rompió todos los pronósticos".
González considera que en lugar de "conceder medallas" deberían "dar fondos que garanticen los avances en materia de feminismo" y, sobre todo, que se dote de recursos a los distintos mecanismos que tiene el Estado para proteger a las víctimas de violencia machista. "La revolución será feminista o no será, ya que es el movimiento social, político y económico más justo posible, pues persigue el respeto y la igualdad de todos los ciudadanos", concluye la portavoz.
