Verónica Galán

"Para que la verdad sea creíble hace falta mentir". Así reflexiona en escena uno de los personajes de la obra de teatro Un hombre feliz, de Cyrano Producciones, que se estrena el próximo 7 de noviembre en el Teatro Pérez Galdós de Las Palmas de Gran Canaria y llega al Teatro Leal, en el municipio tinerfeño de La Laguna el día 26. A través de fragmentos de Ricardo III de William Shakespeare se presenta una tragicomedia con tres actores que hará reír pero también pensar en silencio al espectador. No faltará durante la obra la famosa frase del texto clásico: "¡Mi reino por un caballo!".

Esta producción canaria, que reflexiona sobre el papel del actor, el amor y sus responsabilidades, nació de la imaginación de Ramón Rodríguez, que también firma la dirección. Esta apuesta ha salido adelante gracias al empeño de la presentadora y actriz Eloísa González, conocida por el programa televisivo En Clave de Ja, que esta vez toma las riendas del proyecto desde la dirección ejecutiva. Esta emprendedora ha conseguido varios plus para Un hombre feliz, como el decorado de la tienda Ikea.

Otra virtud de la pieza es que un quinteto de cuerda tocará en directo en todas sus funciones: Quinteto para cuerda K 516, de Mozart. Sin duda, la obra brilla gracias a sus curtidos actores que soportan el peso del texto sin vacilar: Vicente Ayala, Carmen Hernández y Baltasar Isla.

La obra de Rodríguez transcurre en 2014 en un piso muy coqueto al que no le falta detalle: barandilla, sillones, alfombra, mueble de cocina, jarrones, perchero... En este hogar vive Jaime, actor de profesión, con Ana, médico. "No es el actor el que debe sentir, es el espectador", le explica él a ella mientras ensaya su papel de Ricardo III para interpretar esa noche a este protagonista jorobado que se torna asesino. Cuando ella no está, aparece Roberto, productor y dueño del teatro en el que Jaime actúa, para poner patas arriba su vida diciéndole que hace cinco años que cerró el teatro y que se casó con su mujer, Ana, quien aparecerá para aclarar la situación.

El cuidado desenlace hace comprender al espectador las motivaciones de cada personaje y lo guía en el proceso de toma de decisiones de los mismos. Se trata de una buena historia que se aleja de esos histriónicos giros de guión sorpresivos para ahondar en la psicología de los personajes de una forma natural. A excepción de unas emotivas entradas musicales subrayadas, Un hombre feliz deja muy alto el nivel del teatro en Canarias que, lejos de achantarse por los malos momentos, se viene arriba.