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Entrevista a José Luis Garci

"No tengo urgencia por el cine, no haré como los toreros, que van y vuelven"

"La Transición fue un ejemplo de unión para tirar para arriba y hacer un país alegre y estupendo", asegura el director del Teatro Español

José Luis Garci. R. M.

¿Lo del teatro fue un pronto o algo que tenía meditado?

Hombre, de chaval siempre había montado teatro aficionado. Y hablando con Juan Carlos Pérez de la Fuente salió la gente que nos gustaba; nos gustaba el cine, pero también el teatro. Luego me llamó para ver si quería montar algo en el Español. Una especie de homenaje a autores que en los años 40 hicieron teatro de vanguardia, teatro experimental. Me pareció estupendo montar unas obras en un acto y que no se parecieran: una más de vanguardia y otra más costumbrista. Se trata de que se siga recordando a esta gente y que no caigan en el olvido. Recuerdo que antes había en algunas regiones mucho grupo montando obras de vanguardia.

¿Por qué Sastre y Medardo Fraile?

Podía haber escogido otra obra más, pero el problema con el decorado era complicado. Sastre me gusta y Medardo, también. Pero podría haber sido otro componente de Arte Nuevo. Estas obras estaban bien, son distintas una de otra y se adaptaban para que la hicieran los mismos intérpretes.

Dijo que eran, los de Arte Nuevo, autores que sentía muy cercanos.

Más que cercanos como hermanos mayores. Cuando yo tenía 15, 16, 17 años ellos tenían treinta y tantos. Era un teatro inconformista, más de experimento. Lo que es curioso es que la obra de Sastre es anterior a Esperando a Godot de Samuel Beckett, y tiene una temática más o menos parecida. Y la de Medardo Fraile es un poco anterior a Historia de una escalera, dos obras maestras del teatro en el mundo que tenían antecedentes en dos textos de dos chavales con veintipocos años.

¿Los actores fueron elegidos por usted o es cosa de 'casting'?

Yo nunca he hecho 'casting'. Los elegí yo y, además, con capacidad para las dos obras. Les dije tú vas a hacer un personaje; y en la otra obra, otro.

¿Y el resultado?

Esto no tiene nada que ver con el cine. Montas la obra y vas un jueves y los actores están maravillosos, y, a lo mejor, el domingo, no están tan bien. No es como el cine que se queda fijo. Normalmente siempre lo hacen bien porque son actores estupendos. Pero lo mismo el telón sube más lento un día, y eso es más difícil de controlar. Yo estoy contento y satisfecho. Para mí es una experiencia. Y encima en el teatro Español, el más antiguo del mundo.

¿Y lo de dejar el cine es definitivo?

Creo que la gente pensaba que yo era como los toreros, que te vas y vuelves. Nunca se puede decir nunca jamás, pero no tengo ningún proyecto ni ninguna urgencia. Salvo que alguien me diga que se casa y me pida que le haga el vídeo...

Política del momento: se le ve crítico con Podemos.

Supongo que no hagan la broma y me tachen de lo que ellos consideran que son puertas giratorias: dejar el cine e ir al teatro. El esfuerzo en la Transición fue tremendo. Salir de una dictadura muy larga, poner de acuerdo a Carrillo, Fraga, Suárez... no se dio un tiro ni en una cacería. Es una falta de conocimiento de lo que era España, de cómo fue el comportamiento de la gente y de cómo se unió para tirar para arriba y hacer un país alegre y estupendo.

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