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Cine Libro 'Ceremonias de lo falso'

"El cine cuenta verdades a partir de las mentiras"

"El engaño, en el plano íntimo y personal, es humano y hasta cierto punto inevitable", indica el periodista Ayoze García

"El cine cuenta verdades a partir de las mentiras"

¿Cómo surge este proyecto y por qué eligió abordar Bienvenido Mr. Chance?

Es una historia larga. Mateo Sancho y yo nos conocimos en el colegio mayor, en la época de la universidad. Él es un periodista de Zaragoza que está trabajando ahora en Estados Unidos. También coincidimos con el chico que coordinaba Intertextos de la editorial Shangrila, Faustino Sánchez. Él nos hizo la propuesta de este libro y yo me planteo la decisión de qué película estoy dispuesto y seré capaz de ver 20 veces sin aburrirme o acabar odiándola. Me decidí por ésta, Bienvenido Mr. Chance de Hal Ashby, que prácticamente es mi película favorita. Mateo me propuso una serie de películas que consideraba podían tener nexos en común. Al final optamos por esta combinación, con Lars y una chica de verdad, de Craig Gillespie, que pasó por el Festival de Cine de Las Palmas de Gran Canaria. Entre los dos películas se teje una reflexión sobre el engaño. Bienvenido Mr. Chance aborda la parte más colectiva y política del engaño y Lars la parte más íntima. A partir de esto hablamos sobre el engaño en los medios de comunicación, de cómo se tejen las identidades en las redes sociales, el engaño en el lenguaje, en el amor y en una serie de temas ciñéndonos a estas dos películas y otras que van surgiendo, porque es un libro de análisis de la actualidad, más que de crítica cinematográfica, ya que no elegimos las películas que citamos por su calidad cinematográfica sino por lo que aportan al debate.

¿Qué tipos de engaño se imponen en su análisis a través de estas películas?

La reflexión final es la que el engaño, al fin y al cabo, pertenece a la identidad del ser humano. Una de las películas con las que me topé, Increíble pero falso (de Ricky Gervais), plantea una sociedad en la que no existe la mentira. Ahí te das cuenta de que, para bien o para mal, el engaño forma parte de nuestras vidas. Y puede tener algunos aspectos positivos. No hablo, por supuesto, de los engaños que nos intentan colar los políticos, sino de esos engaños que en la vida cotidiana son en cierta dosis necesarios y hasta saludables. No es un libro que condene todos los engaños, sino que intentamos ver qué función tienen en la sociedad. Y en la faceta más íntima es un factor que nos puede hacer más humanos y puede ser comprensible como en el caso de Lars que se inventa una novia al estar solo. Después está el engaño más pernicioso que desde luego hay que combatir.

No han optado por grandes éxitos comerciales. ¿A quién va dirigido el libro?

Bueno, son comedias de Hollywood con actores muy conocidos como Peter Sellers o Ryan Gosling en probablemente sus mejores papeles. Pero es cierto que no son películas muy conocidas por todo el mundo. Yo espero que a la gente que conozca la editorial les pueda interesar el libro y estas películas. Además, gente que conozca las películas puede descubrir este libro y la editorial. Y espero que cualquier persona a la que le interesa el tema del engaño tratado a través del cine y esté dispuesto a buscarse las películas, porque hay un diálogo constante. Pero, vamos, intenta ser un libro ameno. Son comedias con un trasfondo pero bastante accesibles y con temas de actualidad. La riqueza está en las dobles lecturas que proponen.

En Fargo, los hermanos Cohen incluyen una mentira al señalar que la historia está basada en hechos reales cuando en realidad es ficción. ¿Abordan también el engaño como herramienta o parte del lenguaje cinematográfico?

Luego hubo una película, que también pasó por el Festival de Las Palmas, que se llama Kumiko, que cuenta la historia de una japonesa que se cree que la película es verdad y va a buscar el dinero de Fargo. Al final surge una serie de cuestiones. Nosotros incluimos referencias a cómo engaña el cine, pero lo fundamental, más que el mecanismo del cine para engañarnos, está en lo que podemos aprender sobre el engaño a través de las películas. También incluimos un apartado sobre los documentales y cómo surgen los falsos documentales. La clave es que el cine siempre está reflexionando sobre el engaño, e igual que en otras facetas no puede hacerse la ilusión de contar las cosas sin hacer uso de un engaño. Pero aquí volvemos a lo mismo de siempre, y es que el engaño puede ser positivo según qué circunstancias. El cine cuenta verdades a partir de las mentiras.

¿Qué puntos en común se imponen entre las dos películas?

El libro está articulado en torno a tres personajes. Chance, el jardinero idiota y teleadicto que a través de una serie de vicisitudes se convierte primero en un falso empresario y después en un aspirante a la Casa Blanca. Luego está Lars, que se inventa ese noviazgo con Bianca, una muñeca de plástico que compra en una página web de juguetes sexuales. Junto a estos tres personajes, porque la muñeca se convierte en personaje, encontramos la personalidad falsa de Chance, a quien rebautizan como Chauncey Gardiner. En un momento dado, él se encuentra en una limusina y le dan una copa de champán. Se atraganta y en ese momento le preguntan por su nombre. Él responde Chance el jardinero y la otra persona lo interpreta como si fuera su apellido, Chauncy Gardiner, por Chance the gardener. Se produce un malentendido, que es un factor constante en casi toda comedia. Este personaje se convierte en una identidad completamente ficticia que va creciendo como una bola de nieve. La sociedad ve en él lo que quiere ver. Cada persona ve lo que quiere o necesita ver. Ya sea un amigo, un político de prestigio o un amante. Luego, Bianca también se convierte en una personalidad ficticia al cien por cien. Primero Lars se inventa una pequeña historia para ella, al decir que se trata de una misionera brasileña que está de año sabático, la conoció por internet y le está visitando. Después todo el pueblo decide ayudarle y va tejiendo esa historia personal para Bianca. La llaman para actos benéficos, la ponen en la escuela, etc., cuando evidentemente se trata de una muñeca de plástico. Pero para Lars y el pueblo cobra vida e incluso tiene un entierro. Lo que decimos en el libro es que al final tiene una vida social más completa que muchas personas. Son personalidades ficticias a las que la sociedad les da pábulo.

¿Qué conclusiones recoge el libro?

En las últimas páginas abordamos el tema bajo el título Hacia la complejidad del yo, hacia la simplificación del nosotros. Mantenemos esa dualidad entre lo que es el foro íntimo y lo que representa la sociedad a gran escala, con el ejemplo de la política. La conclusión es que el engaño es humano y hasta cierto punto inevitable. Hay que ver o concretar cuáles son los beneficiosos, pero la tendencia que se detecta es que cada vez se dan más opciones personales a la gente, cada vez hay más opciones para que el individuo se invente una vida propia que no tiene, como Lars que se inventa una novia. Mientras que en la política se intenta homogeneizar todo con mensajes cada vez más simples y tratando, en el caso de las elecciones, de atraer al electorado por todos los medios, incluso recurriendo a la demagogia.

¿Está justificado el engaño cuando intenta suplir o compensar alguna carencia afectiva o personal?

Esa es la idea. Lo otro, lo político, no tiene justificación en ningún caso. Pero no hemos querido hacer un libro que se oponga taxativamente al engaño, ni una gran denuncia. Simplemente hemos hecho un trabajo de sinceridad, en el sentido de preguntarnos si el engaño siempre es malo. Si nos ponemos estrictos, sin engaño o mentiras en absoluto, no existiría ni la ficción ni la literatura para empezar.

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