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'En memoria de Lothar Siemens'

Concierto triunfal de Piotr Beczala y Helmut Deutsch

Dedicaron a la memoria de Lothar Siemens el concierto que iba a empezar

El director de la Fundación Auditorio Teatro y el presidente de la Sociedad Filarmónica de Las Palmas de Gran Canaria dedicaron a la memoria de Lothar Siemens el concierto que iba a empezar. Todos guardamos en pie un minuto de silencio. Nada más justo ni más oportuno. Autor de preciosos cuadernos de canciones, Lothar hubiera sido feliz con el recital del gran tenor polaco Piotr Beczala, estrella de la ópera en todo el mundo, y de Helmut Deutsch, sin duda el más grande pianista de cámara del presente. Fue un regalo inesperado.

Beczala está en el momento glorioso de su bella, sana, extensa y poderosa voz de tenor lírico con densidades spinto en los registros grave y medio, admirable pureza en el agudo y sobreagudo, cantabilidad y legato idóneos. Su lectura del mejor ciclo de Schumann, los dieciséis momentos fascinantes del Amor de poeta op.48, es antológica. Perfecta la vocalización del alemán, diverso el carácter (exaltado, intimista, soñador, melancólico, confidencial o heróico) de las melodías, muy ricas las veladuras vocales, el canto a mezza, la coloración ideal en toda la tesitura: brevemente, una lección de estilo poco frecuente entre figuras de la ópera. En el piano, el correlato de una musicalidad profunda, emocionante.

El canon de Schumann presidió lo que vino a continuación, tan diferente en el canto pleno y abierto, exigente de gran fiato. Entrando en repertorios aquí infrecuentes -por desgracia- abordó Beczala en su lengua natal siete canciones de Karlowicz extravertidas y brillantes, pequeñas joyas de un melodismo que lo exige todo del cantante y concluye con una larguìsima nota aguda en fil di voce, pianísimo sin falsete.

Con las siete Canciones gitanas op.55 de Dvorak, en checo, hizo el tenor otra versión inmejorable en torno al eje de la cuarta, la celebérrima De mi abuela, impregnada de evocaciones y ternura.

Y de Rachmaninov, en ruso, cuatro piezas de su repertorio de gran melodista. Nada que envidiar a las interpretaciones referenciales de Obratsova, Hworostovski o Borodina.

En particular, la efusión vocal de las más famosas, la Op.4 num.4 (No me cantes, hermosa doncella) y la op.14 num.11 (Aguas de primavera).

Esta voz solar, dominadora de todo el iris, y este piano adherido a ella en dúo de gigantes, fueron braveados en las cuatro partes del programa.

Generosos con el entusiasmo del público, dieron tres bises memorables: una napolitana (La aurora di pianto...), el aria de Werther (Pourquoi me reveiller?) impresionante, y otra página inédita. En suma, el mayor triunfo en lo que va de temporada.

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