La salida de Nino Díaz del equipo del Festival Internacional de Música de Canarias se produjo tras conocerse el balance negativo con un agujero económico de 410.000 euros, fruto de un "desvío del gasto" así reconocido por el Gobierno canario, en cuanto a cachés y costes de producción, unido al descenso en el número de espectadores y la bajada en la recaudación por taquilla respecto a 2016: 19.626 espectadores en 88 conciertos, con una media de asistentes de 227 personas, frente a los 23.535 espectadores en 43 conciertos de 2016, que dieron una media de 547 personas por cada recital y concierto. Nino Díaz asumió la coordinación del Festival de Música de forma temporal, y sin vocación de asumir a posteriori la dirección del mismo -tal como expresó en su día la extititular de Cultura, María Teresa Lorenzo- tras el cese en marzo de 2016 de la anterior directora del certamen, Candelaría Rodríguez, y lo hizo para liderar una transición hasta que el Gobierno canario nombrase a un nuevo director/a por la fórmula de concurso público.