Las señales de alarma vuelven a activarse en la UD Las Palmas porque los amarillos siguen jugando con fuego a falta sólo de cuatro peldaños para alcanzar el final de la competición. El equipo grancanario ha empeorado sus prestaciones defensivas en los seis encuentros ya disputados bajo la dirección de Paco Jémez. Los indicativos son evidentes: ha encajado al menos un gol en cada uno de estos partidos y además ha sufrido cuatro expulsiones que condicionaron el rendimiento de un conjunto que sigue intentando esquivar el peligro.

La UD Las Palmas está ya en la zona de las decisiones de la temporada pero lejos de reconducir su comportamiento mantiene o empeora sus inestables prestaciones. Una cosa es el juego desplegado por los futbolistas de Paco Jémez, que expresan una alegría no vista en los dos tercios iniciales de la competición, y otra distinta la realidad, la incapacidad para ganar puntos y diluir cualquier duda sobre el futuro de una plantilla que se confeccionó para luchar por el ascenso. Esa fue la teoría porque los acontecimientos han aclarado el auténtico nivel del decepcionante actual grupo de futbolistas.

8 GOLES EN 6 PARTIDOS. En los seis partidos de la era Jémez, la portería del argentino Fabián Assmann (sin duda el jugador más en forma de la plantilla grancanaria) ha sido batida en ocho ocasiones, elevando de 1.1 a 1.3 el promedio de tantos en contra. Recibió goles del Real Unión (uno), Castellón (dos), Betis (uno), Villarreal B (dos), Cádiz (uno) y Celta (uno). Cuatro de estos equipos están incrustados en la zona baja y son ahora rivales directos de la propia UD. Betis y Villarreal marcaron sus tantos cuando estaban en inferioridad numérica.

No logra Las Palmas dejar su portería a cero y este hecho, tal y como está el campeonato, es un lastre extremadamente peligroso. Incluso el entrenador se quejó sobre este aspecto tras la feliz goleada 2-5 al Villarreal: "He visto cosas que no me han gustado en la segunda parte", en alusión a los dos goles encajados contra un conjunto filial que tenía un jugador menos sobre el terreno de juego. Sin embargo el mal no ha sido sesgado.

La inseguridad es la nota habitual de los amarillos a lo largo de toda la campaña. Cualquier jugada genera dudas o puede activar un explosivo. El celeste Dani Ábalo lo demostró el sábado en la acción que decantó el partido de Balaídos. Protagonizó un contragolpe contra tres zagueros en su camino, pero fue objeto de un penalti y expulsión de Pignol.

TARJETAS ROJAS. Otro dato muy llamativo es que en los seis últimos encuentros Las Palmas ha sufrido cuatro expulsiones. En los 32 partidos anteriores con Sergio Kresic habían sido expulsados David González (en el minuto 87 de la jornada 1), Pignol (en el 89 de la jornada 11) y Márquez (en el 93 de la jornada 21). Con Jémez ya son cuatro los futbolistas que vieron la tarjeta roja y, además, de manera directa: Pignol y Lamas (en los minutos 32 y 38 de la jornada 34), Miguel García (en el 50 de la jornada 35) y de nuevo Pignol (en el 18 de la jornada 38).

La consecuencia es que en dos encuentros vitales, como fueron los disputados frente al colista Castellón y contra el Celta, los amarillos debieron asumir en inferioridad numérica con respecto a sus adversarios un total de 130 minutos. Ambos partidos acabaron con sendas derrotas.

PIGNOL, EL MÁS EXPULSADO. El galo Pignol es el jugador más expulsado de la plantilla, con sus tres tarjetas rojas y, además, suma catorce cartulinas amarillas, al igual que David García.

Las Palmas tiene a la vista la orilla de la salvación, máxime cuando tres de los cuatro encuentros finales los ha de disputar en el Estadio de Gran Canaria. Recibirá a Elche, Girona y Gimnástic de Tarragona y sólo rendirá visita al Murcia en la penúltima jornada. Pero si no rectifica su conducta defensiva los problemas pueden crecer sin apreciarse aún el límite del riesgo. La permanencia está a la vuelta de la esquina… pero también el descenso.