"Si vamos todos de la mano (afición y equipo), se puede". El mensaje en Twitter de Deivid, tras el encuentro del pasado jueves en Sevilla frente al Real Betis, no deja dudas. Los futbolista pretenden que las gradas del Estadio de Gran Canaria se llenen de aficionados amarillos en el encuentro ante el Real Murcia, que se disputará mañana a partir de las 18.00 horas. Desean que la cifra de espectadores, que ronda los 10.000 en cada partido, alcance un número más significativo. "Todos esperamos ver más gente en los graderíos, así se juega mucho mejor. Será perfecto si vienen más aficionados", apuntó ayer Thievy Bifouma, después del entrenamiento que celebró el equipo a su llegada del viaje desde la capital hispalense.

"En Sevilla jugamos un partido para sacar más lo bueno que lo malo", comentó el parisino a los periodistas, antes de lanzar un mensaje ambicioso a los aficionado, que tras una década esperan ver a su equipo entre los mejores equipos del país. "Hemos visto que se puede, se puede estar arriba. Tenemos plantilla suficiente para poder ascender", resaltó el francés, quien aterrizó en la Isla con un tobillo hinchado, aunque cree que mañana estará disponible para Sergio Lobera frente al Real Murcia.

"Estamos tristes porque queríamos hacer historia y estuvimos cerca, pero éste es el fútbol. Ahora nos toca descansar lo más posible y pensar en el Murcia", apuntó Thievy, quien recordó con pesar la ocasión que marró en la primera parte del encuentro copero del jueves: "He pensado en la jugada y no sé que ocurrió, quizá fuera algo de falta de concentración".

"Los aficionados que hayan visto el partido contra el Betis creo que vendrán porque hemos dejado una imagen de ilusión. Saben que somos un equipo diferente", convino el delantero, que luce un llamativo peinado, que se convierte en centro de atención de los seguidores.

Mientras, en las redes sociales, se advertía una corriente de orgullo hacia los jugadores amarillos por el encuentro disputado en el Villamarín. Era un crass, uno de los más significados tuiteros, que se autodenomina de manera simpática como fundador del Loberismo, apoyaba a Deivid, quien rebotaba los mensajes cariñosos llegados desde Sevilla, donde estuvo las dos últimas temporadas.

Vitolo, por su parte, daba las gracias a la afición amarilla que estaba en el campo bético y les animaba a seguir al equipo en los próximos compromisos. En la misma línea, Juan Carlos Socorro, segundo entrenador, se lamentaba de la ocasión perdida, pero invitaba a los seguidores amarillos a perseverar en el objetivo.