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UD Las Palmas La previa (29a jornada)

Las claves del hombre de hierro

Javi Castellano alude al tono físico y la confianza del entrenador para explicar su gran momento

Javi Castellano posa apoyado en una de las porterías de Barranco Seco. JUAN CARLOS CASTRO

Javi Castellano ha conseguido iluminar el trabajo oscuro. Con su impecable rendimiento la labor del mediocentro defensivo, al menos en la UD Las Palmas, ya no es ingrata. Cientos de focos atienden a la zona ancha del campo, donde da una lección en cada partido. Y la gente lo reconoce más que nunca. Es el jugador más regular del líder y el único que ha completado todos los minutos. Discutido en otros tiempos, los elogios en torno a su figura son este año unánimes. Ya fue sinónimo de equilibrio en la segunda vuelta de la temporada pasada y en este curso ha ido más allá. Su renovación fue, para muchos, el mejor fichaje del verano.

Solo los defensas Luis Hernández y Bernardo (Sporting) y los porteros Adán (Betis) e Isaac Becerra (Girona) le acompañan en el listado de jugadores que lo han jugado todo esta temporada. Javi Castellano, a sus 27 años, está en el mejor momento de su carrera. Las lesiones le respetan y la limpieza con la que se emplea en el centro del campo han posibilitado que no se haya perdido ningún partido por sanción. Y, por supuesto, para Herrera no hay otro como él.

"Al encajar pocos goles este año parece que tanto el pivote como la defensa lucen más. La gente te dice que estás haciendo un buen trabajo porque encajas pocos goles. Es verdad que los aficionados te halagan y eso es bonito, es de agradecer, pero yo no me puedo despistar, tengo que mejorar día a día", explica el mediocentro sobre los elogios que acapara gracias a su tremenda regularidad.

Él admite que ha cambiado varias cosas con respecto a temporadas anteriores para que su rendimiento sea tan alto y tan valorado. "A nivel individual sobre todo he mejorado bastante en el tono físico. También la confianza que me ha dado el míster hace que hagas más cosas dentro del campo y te sientas más importante", indica el gemelo. "Además, de aquí para atrás puede que mi trabajo no se viera mucho y ahora puede que la gente entienda un poco más y se fijan en eso", agrega.

La preparación de Rafa Cristóbal y Jesús Suárez en pretemporada, y el alto nivel de exigencia de Paco Herrera desde el primer entrenamiento ha sido fundamental para Javi Castellano. De hecho su velocidad es uno de los elementos que permite que su juego sea más vistoso para el espectador.

Cuidados constantes

Ese estado físico hace que se sienta más seguro. Cuestionado por las dos únicas tarjetas amarillas que ha visto, señala que la rapidez es uno de los motivos: "Intento chocar lo mínimo posible con los rivales porque si me superan sé que voy a girar, a correr todo lo que pueda y a pillarles. Es verdad que intento hacer un juego muy limpio, pero si hay que hacer la falta, como en Alcorcón, pues se hace, no hay problema", recuerda sobre la que fue su segunda amarilla -la primera la vio ante Osasuna-. "Mi hermano dice que no doy tiempo a los demás porque veo antes las jugadas, me anticipo y no les doy pie a chocar conmigo", añade.

Para aguantar tantos minutos en el campo -ya van 2.520 en Liga y 90 en Copa del Rey- tiene varias claves. Su frescura se debe a una vida sana y a muchas horas de descanso en casa. "Desde hace dos temporadas como casi siempre lo mismo. Siempre se recomienda a los futbolistas comer pasta, pechuga de pollo o arroz en los dos días antes del partido. Pues yo como eso todos los días de la semana. Si voy a comer fuera de casa pido pasta, arroz o pechuga, y si acaso carne algún día. Creo que si esa alimentación es la que mejor viene para los partidos también tiene que servir para entrenar. Ya llevo haciéndolo varias temporadas", asegura el mediocentro, que lleva al límite ese lema de 'se juega como se entrena'. "Y cuando estamos de concentración lógicamente el menú se basa en esos alimentos", continúa.

A esa alimentación sana hay que agregarle muchas horas de descanso: "Cuando se acerca un partido, los tres o cuatro días antes, intento hacer lo mínimo posible. Me gusta estar en casa relajado y cumplir con las horas de sueño. Sé que eso al día siguiente se nota", explica. La mezcla perfecta para rendir en los entrenamientos y, por supuesto, en los encuentros. "A veces estoy en casa viendo la tele, alguna serie o alguna película, pero controlo para dormir siempre ocho horas como mínimo", prosigue.

Todo ello ha permitido que en estos tres últimos años no haya tenido ninguna lesión importante: "La última que recuerdo es en la primera temporada de Lobera, cuando tuve tres roturas seguidas del bíceps femoral desde pretemporada y no empecé a jugar hasta la cuarta jornada", comenta.

Así, esta temporada no ha tenido lesiones que le hayan impedido perderse partidos y ni siquiera entrenamientos. "Ahora lo único que tengo cargado es el isquiotibial, pero son dolores que vienen con la profesión. Esta temporada lo único que recuerdo es un golpe en la rodilla en el partido contra el Valladolid y después tuve la rodilla un poco inflamada. He tenido la suerte de que me están respetando las lesiones. Es difícil jugarlo todo y entrenar todos los días", afirma.

La comunión con Hernán

Con todos estos ingredientes ha llegado la mejor versión de Javi Castellano. Y muy continuada. Es el epicentro en el dibujo táctico de Paco Herrera, en el que reina la solidaridad y las ayudas defensivas. Es una obligación que los jugadores del centro del campo cumplan en sus misiones de colaborar con sus compañeros, y en esa tarea él es un hombre clave. Los dos interiores -en la última jornada Hernán y Vicente Gómez- dan aire a los laterales, pero Javi Castellano tiene que estar en todo. Lo mismo cubre la espalda a los interiores que a los centrales.

"Lo que me pide Herrera son las vigilancias constantes, intentar tapar todos los huecos que pueda, ayudar en defensa y ser el equilibrio del equipo. No me pide malabares", asegura Javi Castellano.

"Me gustaría participar más en ataque pero no es lo que me pide el míster. Si puedo yo participo, pero lo más normal es controlar las vigilancias de los demás", continúa el gemelo. Cuestionado por las constantes subidas del lateral David Simón, responde sonriente que "da más trabajo a Hernán que a mí, pero es verdad que cuando el balón va hacia su banda ya me voy haciendo a la derecha porque sé lo que va a pasar".

Es precisamente el de Zárate su socio más habitual en el centro del campo: "Está a un nivel tremendo, te lo hace todo más fácil", analiza. Se conocen a la perfección, llevan juntos en la plantilla cuatro temporadas y se entienden dentro del campo con la mirada. "Nos comunicamos mucho. Por ejemplo, si estamos defendiendo y yo le digo 'aprieta, aprieta' es para que vaya fuerte porque me siento bien y lo estoy respaldando, si el balón pasa ahí estaré yo para cubrirle. Otras veces le digo 'aguanta, aguanta' para que espere un poco. Depende de la situación. Hablamos mucho entre nosotros", detalla.

Sin embargo, Hernán tiene más recorrido y como consecuencia de su llegada suma tres goles, algo que envidia Javi Castellano: "Quiero marcar ya algún gol", confiesa. "Voy a tener que decirle al míster que me deje subir a los córners por lo menos, a ver si el balón me toca en el pecho y entra. Tengo que marcar para que mis amigos y mi novia no me digan nada", bromea.

Mejores vibraciones

Sobre el duelo de este domingo, el mediocentro se mostró confiado debido a la buena imagen que ofreció el equipo en Gijón: "Me quedo de ese partido con que recuperamos sensaciones del pasado, el equipo apretaba, iba para arriba, quería marcar goles y eso es lo que tenemos que hacer, somos los líderes y tenemos que ir a por los partidos", explica. "Nos hemos vuelto a encontrar con lo que quería el míster gracias a la intensidad que le dimos al juego", razona.

Así, responde que una victoria ante el Betis "daría más confianza al equipo y sería vital para distanciarnos de los que nos persiguen". Ahí estará un Javi Castellano que será indispensable para frenar el arsenal ofensivo de Pepe Mel.

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