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La estrella, en el banquillo

Todos los jugadores realzan la figura de Kresic como el hombre clave del ascenso

Sergio Kresic es manteado por jugadores de la UD Las Palmas tras la victoria sobre el Elche que dio el ascenso. LP / DLP

Un nombre destaca por encima del resto en aquella UD Las Palmas que logró el ascenso a Primera División hace quince años. No era un goleador. Tampoco un jugador que costara varios millones de euros temporadas más tarde. La armonía en todos las zonas del campo se imponía por encima de todo en un conjunto cuyo mayor secreto residía en el banquillo. La estrella del equipo era el entrenador. Es el hombre que pone el apellido a la hazaña. Fue el ascenso de Sergio Kresic.

Todos los jugadores de aquella plantilla así lo destacan, desde los menos habituales hasta los que más. Se basaba aquel conjunto en un enorme poderío defensivo, característica de todos los equipos de Sergio Kresic. Y en ese aspecto Tomás Olías fue uno de los pilares: "El técnico tenía ya mucha experiencia y logró que el bloque fuera más importante que las individualidades", resume uno de los miembros de la columna vertebral del sistema defensivo junto a Jaime Molina, Josico o Vinny Samways. Formaban un muro de hormigón. "Supo dar con la tecla del equilibrio", añade el manchego. "Teníamos a un entrenador fantástico, controlaba el fútbol y el aspecto mental. Consiguió que nos mantuviéramos juntos", continúa el inglés.

La defensa más habitual la completaban Jaime Quesada y Paqui en las bandas, con Álex Castro, Ramón y Koldo Sarasúa de sustitutos de lujo. "Tener a un hombre con tanta experiencia en el banquillo y que ha pasado por temporada duras te da tranquilidad. Sabía de lo que hablaba", relata Paqui. "Kresic tuvo la paciencia de gestionar bien el grupo", remata Álex Castro.

El manifiesto que unió a todos

Aunque el grupo siempre se mantuvo junto, hubo un momento de la temporada en que el entorno de la UD Las Palmas dudó. Y dudó mucho. Fue en el mes de marzo. Con un empate en Logroño culminó el equipo una racha de una victoria en nueve partidos y la expedición se encontró en su regreso con pintadas en el Insular en las que se les acusaba de mercenarios. En ese instante el técnico croata dio un paso adelante y leyó un manifiesto que sirvió para reclamar apoyo antes de los partidos frente a Lleida y Salamanca, rivales directos.

"Todo el mundo se dio cuenta de que había que apoyar al equipo, fue clave para que la prensa y la afición se mentalizaran", explica Eloy. Pero de puertas para dentro nada cambió. El cuerpo técnico no titubeó y la idea de juego se mantuvo. "No dudamos en ningún momento, seguimos fuertes y tiramos para adelante", prosigue Zeljko Cicovic.

"Dentro del vestuario no notamos cosas nuevas tras el manifiesto, fue más de cara al exterior. No cambiamos por las críticas. Seguimos en la misma línea pero unió a todo el entorno y el equipo empezó a ganar", explica Víctor Afonso, que se deshace en elogios hacia Kresic pese a que tuvo pocos minutos. "Es uno de los mejores entrenadores que he tenido", subraya.

"Supo conjuntar ese equipo. Teníamos jugadores que podían desequilibrar y mos basábamos en los conceptos defensivos", comenta el capitán Paquito. "Teníamos mucha consistencia defensiva, que era lo que le gustaba a Kresic, y arriba teníamos mucha creatividad y mucho gol", añade Socorro. Y el croata fue el entrenador que hizo debutar a Jorge Larena, además ante el Elche. "A partir de ahí mi vida cambió", sentencia.

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