¿Del cambio de Club a Federación, qué destacaría de estos 25 años?
El cambio desde aquellas fechas a la actual ha sido brutal. Primero, porque hay que tener en cuenta todo el tema organizativo que se generó a partir de aquellas primeras elecciones, de subvenciones, de temas deportivos, instalaciones etc… Hemos cambiado todo desde cuando éramos un club de vela latina, donde teníamos una clase dentro de la Federación Insular de Vela . Hoy, somos una Federación con unas subvenciones aprobadas por el Gobierno de Canarias, por el Cabildo de Gran Canaria y la colaboración del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. A todo ello, hay que añadir y destacar las instalaciones con las que cotnamos, que son bastante dignas y muy apropiadas para la vela latina.
Ha cambiado todo respecto a entonces e incluso la cruda realidad también es bien diferente a entonces: en la actualidad sólo compiten diez botes...
De todas las mejoras señaladas anteriormente, lo que se ha perdido ha sido el arraigo de los botes con respecto a sus barrios de origen. Pero también hay que tener en cuenta, que han surgido nuevos deportes y la gente se va dividiendo: unos para un lado así como otro buen número para otro lado. Pero por encima de todo esto, uno de los máximos culpables de la promoción por aquellas fechas de auge se le debe en gran parte al patrocinio y apoyo de La Caja de Canarias con la Vela Latina Canaria, que fue fundamental para lo mucho que hoy tenemos, como embarcaciones, etc..
¿Ha tocado fondo la Vela Latina entonces?
Bueno, yo creo que se está empezando a levantar. Esto, como verás, son ciclos. Si es verdad que hemos tocado fondo en los últimos tiempos. Pero no es menos cierto que ahora lo que tenemos que intentar es volver a subir y llegar a las cotas que este deporte y Federación merecen. Las que tuvo en un pasado reciente.
¿Y el futuro…?
Yo creo que la llegada de gente joven a la Vela Latina nos hace tener la ilusión de que esto va a cambiar y eso es lo bueno. Esta generación está llegando con ilusión. Y es verdad que muchos tripulantes están cansados de la dedicación que le ha prestado a la vela latina a lo largo de muchos años, y eso se está viendo actualmente con tripulaciones jóvenes en las embarcaciones. También es cierto que han desaparecido botes, ya que la crisis no ha sido fácil y más para un deporte amateur como éste. Pero tengo la ilusión de que el próximo año se van a sumar uno o dos botes más a los que hoy participan.
