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Baloncesto Copa del Rey (cuartos de final, previa)

La penúltima copa

El Herbalife Gran Canaria desafía al Valencia, líder de récord en la Liga Endesa, en busca de una plaza en las semifinales de la Copa del Rey (20.30, C+Deportes)

La penúltima copa, de cualquier noche, en cualquier rincón del mundo, siempre busca un milagro: un rato más de diversión en cualquiera de sus formas para gente que, a esas horas del día, ya no cree en nada ni en nadie, que busca rincones oscuros a la desesperada por un poco más de placer para contener todo ataque de abstinencia hedonista. Nada cuenta. Ni lo hecho antes ni las intenciones por hacer realidad. Esa espiral vital, ese desenfreno, todo eso es la Copa del Rey de baloncesto, un torneo que se juega a todo trapo, sin límites ni condiciones: el que pierda se va a casa, un invitado puede hacer descarrilar al favorito, no importan los errores pasados y tres victorias en cuatro días proclaman al campeón. Y ahí, en esa especie de aquelarre, anda metido el Herbalife Gran Canaria, que hoy -a partir de las 20.30 horas (Canal+Deportes/Yomvi)- busca su penúltima copa, su milagro: reta en los cuartos de final del torneo al líder de la Liga Endesa, el Valencia Basket de Pedro Martínez, un equipo algo intratable que se presenta en el Coliseum de La Coruña en plan rodillo tras ganar 18 de las primeras 19 jornadas de la ACB.

La empresa, para el Granca, es mayúscula: se mide a un rival que en la primera mitad del curso alcanzó la excelencia y allí, en el punto más elevado, sigue instalado. El Valencia Basket encadenó 28 victorias consecutivas en los 28 primeros partidos oficiales del curso -entre ACB y Eurocup-, un récord que incluso llamó la atención del New York Times, y semejante racha le sitúa en el centro de la diana: es el rival a batir por todos, la mano del rey que vigila el trono. "Va a ganar la Copa", aseguró el martes Aíto García Reneses, técnico del equipo claretiano, para alertar sobre el potencial del rival amarillo, al que de paso trasladó todo la presión. Y a Pedro Martínez, arquitecto del proyecto taronja y extrenador del Herbalife -club del que salió en medio de un ambiente enrarecido en 2014-, ahora le toca hacer frente a todo eso: esquivar las balas de los adversarios y contener cualquier ataque de vértigo que pueda sufrir una plantilla que en el último mes ha dejado algunas dudas en medio de su impresionante trayectoria.

El 25 de enero, hace casi un mes, cuando se celebró el sorteo de emparejamientos de la Copa del Rey, el Valencia Basket daba miedo. Hoy, infunde respeto pero se le nota alguna grieta en la armadura. Desde entonces, el conjunto que dirige Pedro Martínez ha perdido cuatro partidos: uno, en la Liga Endesa, en Vitoria y frente al Laboral Kutxa, probablemente uno de los equipos más en forma de Europa -capaz también de asaltar al CSKA en Moscú-; y tres en la Eurocup, tropiezos -dos ante el Limoges y otro frente al PAOK de Salónica- que le han dejado fuera de los octavos de final del torneo continental, un sonoro fracaso para una entidad que consideraba esa competición como el camino más corto hacia un título -y de paso- para colarse en la siguiente edición de la Euroliga.

Con la Copa del Rey como siguiente oportunidad para certificar un buen año, el Valencia Basket -verdugo del Granca en dos ediciones del torneo (2003, cuartos de final; 2013, semifinales)- se presenta en La Coruña con una plantilla de primer nivel. Guillem Vives, Rafa Martínez, Fernando San Emeterio, Antoine Diot, Justin Hamilton, Luke Sikma -los dos últimos estuvieron en la agenda del Herbalife este verano-, Bojan Dubljevic, Jon Stefansson y John Shurna dan forma a un bloque que, hasta la fecha, ha sido tan puntual como el mejor reloj francés. Sin Sam Van Rossom, un base que siempre ha brillado ante el Herbalife y que está de baja por lesión, y con Vladimir Lucic y Romain Sato en roles secundarios, el punto fuerte del cuadro taronja -como cualquier maquinaria que pone en marcha Pedro Martínez- reside en la defensa.

Solo el FC Barcelona Lassa (70,6) concede menos puntos en la Liga Endesa que el Valencia Basket (72,5), una escuadra que ha alcanzado un equilibrio casi perfecto: es el tercer conjunto que más anota (84,2), sólo superado por el Real Madrid (91,7) y el Laboral Kutxa (85,2). En un bloque tan sólido, sin fisuras en apariencia, su punto fuerte está en el interior: ahí, sobre la pintura, sobresale la figura de Justin Hamilton, un descarte de la NBA que ahora brilla en Europa.

Ya lo ensayó el pasado fin de semana en Badalona ante el Fiatc Joventut y es probable que Pedro Martínez mezcle durante muchos minutos a Hamilton y Dubljevic por dentro para intentar tener ventaja por dentro. Y para contrarrestar esa opción -que apunta clave-, en el Granca será fundamental el acierto exterior de los cuatros abiertos: Eulis Báez y Pablo Aguilar. Por ahí, por la línea de 6,75, pasan buena parte de las opciones del equipo claretiano, que llega a la cita de dulce -ocho victorias consecutivas- y con toda la plantilla sana.

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