La tenista grancanaria Carla Suárez logró el segundo título de su carrera profesional, tras imponerse por 1-6, 6-4 y 6-4 a la letona Jelena Ostapenko en la final de Doha. Un año y medio después de estrenar su palmarés, al doblegar en mayo de 2014 a la rusa Svetlana Kuznetsova en la final del Open de Portugal, Carla Suárez volvió a levantar un trofeo.

Lo hizo a lo grande, con remontada incluida, tras casi dos horas de partido, para abrazar la gloria y auparse a la sexta plaza de la clasificación mundial. La mejor posición de esta gladiadora de 27 años.

No lo tuvo fácil, sin embargo, la jugadora grancanaria, que se vio completamente superada en la primera manga por la joven letona Jelena Ostapenko, de tan sólo 18 años, que se alzó con el primer set por un contundente: 6-1. Y llegó el caos.

Un marcador que hizo temer lo peor para la isleña, que en la única ocasión en la que se había enfrentado hasta ahora con Ostapenko, el pasado verano sobre la hierba de Wimbledon, había caído por un demoledor 6-2 y 6-0 ante la letona.

Baño de épica y oro

Pero Carla Suárez, que el viernes arrolló en la semifinales del torneo por 6-2 y 6-0 a la tres mundial, la polaca Agnieszka Radwanska, no estaba dispuesta a rendirse.

"¡Hay mucho tiempo! Vamos a hacerlo más simple", le aconsejó su entrenador Marc Casabó a la conclusión de la primera manga.

Unas palabras que parecieron serenar definitivamente a la jugadora española, que poco a poco fue mejorando su juego. Una mejoría que se tradujo en la ruptura de servicio que permitió a Suárez ponerse por delante en el marcador (4-3) en una segunda manga en la que, a diferencia de lo ocurrido primer set, Ostapenko firmó más errores no forzados que puntos ganadores.

Dinámica que permitió a la grancanaria no sólo apuntarse por 6-4 la segunda manga, sino resistir el fulgurante arranque de la letona en el tercer y definitivo set, en el que la de Riga llegó a situarse con 2-0 y con el servicio en su poder. Una comprometida situación que Suárez logró resolver a base de paciencia, talento y, sobre todo, oficio ante Ostapenko, cada vez más desorientada ante la resistencia de la isleña.

Tenacidad que permitió a Suárez no sólo recuperar el juego perdido, sino romper nuevamente el saque de la letona y cerrar el choque.

Suárez aseguró que su victoria fue "muy emotiva" y que "estar en el top ten es un sueño". Además, detalló que "perder el primer set no es fácil, pero tienes tiempo para volver, creer y ganar. Es muy duro jugar este torneo". Y explicó que "fue el partido más duro. Es difícil empezar así en una final tan emotiva y tienes la final tan cerca que quieres ganar". Suárez vuelve a levantar un título, casi un año y medio después de estrenar su palmarés, y además cayó en la final de dobles -con Sara Errani- ante las asiáticas Ching Chan y Jan Chan por un doble 6-3.