¿Esperaba este ascenso?
Realmente en los últimos días se multiplicaron los rumores de que era uno de los elegidos para ascender a Segunda División y la verdad es que estaba muy esperanzado de que el rumor se hiciera realidad, como así se hizo.
Después de muchos años intentándolo, lo habrá recibido con mucha alegría, ¿no?
Claro. Era un objetivo que llevaba años persiguiendo. A medida que pasa el tiempo y uno se acerca a los 40 años las posibilidades se van reduciendo. Por eso se puede decir que la alegría es doble. En verdad que esta espera y el esfuerzo ha valido la pena.
¿Ha recibido muchas felicitaciones por escalar este penúltimo peldaño?
Sí. Desde que se hizo público lo del ascenso no he parado de recibir felicitaciones, tanto en persona, como por teléfono y por el whats App. Llevo dos días en una nube.
¿Y cómo afronta este nuevo reto en el arbitraje?
Con mucha ilusión y con la esperanza de estar a la altura de la categoría y no defraudar a las personas que han confiado en mi.
¿Ha tocado techo?
Nunca me he marcado ningún techo y no lo voy a hacer ahora. Voy a seguir trabajando como lo he venido haciendo hasta ahora, con constancia, sacrificio y suerte, y no descarto seguir subiendo.
¿Se ha encontrado muchas adversidades en su camino?
Si algunas he tenido que superar. Sobre todo el estigma que me pusieron la pasada temporada cuando me lesioné en el partido de la fase de ascenso a Segunda, cuando el Logroñés ganaba 1-0 y el Huracán Valencia acabó empatando y superando la eliminatoria, lo que no le gustó al entrenador del equipo riojano, que me culpó a mi de su eliminación.
También habrá tenido sus buenos momentos, ¿no?
Sí, desde luego. Los máximos han sido todas las veces que he ascendido de categoría. También cada vez que me han convocado para hacer de cuarto árbitro en importantes partidos de Primera División, cuando aún era colegiado de Segunda B.
Están en progresión dentro del colectivo arbitral, ¿a qué se puede achacar?
Al sacrificio, el esfuerzo y a la constancia. También es que siempre he sido muy competitivo, siempre he querido mejorar. Si veía que había un compañero que destacaba más que yo trataba de mejorar y ponerme a su altura.
¿Cómo ve el nivel de los árbitros de Las Palmas?
Muy bueno. Tenemos a uno de los mejores árbitros del país, como es Alejandro Hernández -un espejo-, que en la Liga española está acompañado por el asistente grancanario José Naranjo Pérez. Y ahora tenemos representación en todas las categorías nacionales, tanto como árbitro principal como en el aspecto de asistentes, uno de ellos, como Saúl Ortiz Pérez, que ha ascendido como yo a Segunda.
¿Quién le inicio en el mundillo del arbitraje?
Mi padre. Desde que éramos pequeños nos llevaba a mi hermano Alexis y a mi a los partidos que dirigía, y ahí estamos los dos.
