Menos seda y más fuerza. El Herbalife Gran Canaria ha dado un paso más, a priori, en el mercado de fichajes. Está por ver si el equipo mejorará sus resultados en la Liga Endesa, cosa harto difícil porque el listón está muy alto, pero lo que es seguro es que la plantilla que ha formado está en condiciones de conseguirlo. Y eso que las bajas de Kevin Pangos, DJ Seeley, Brad Newley, Sitapha Savané y Alen Omic lo ponían muy complicado. Entre ellos había jugadores muy fiables, una gran promesa norteamericana, una máquina de anotar por dentro, un talento exterior y dos pesos pesados del vestuario que no hacían más que sumar y sumar. Todo ello acompañado de la marcha de Aíto García Reneses, el mejor entrenador de la historia del baloncesto español.
El reto es tremendo, pero el proyecto, aunque acaba de nacer, pinta bien. Y en gran parte es por los refuerzos que ha atado el Gran Canaria. Y no era un mercado nada sencillo. Con el incremento salarial en la NBA se ha producido un efecto cascada. Los dólares estadounidenses han llamado a más estrellas del baloncesto europeo de lo habitual. Así, jugadores como Sergio Rodríguez han cruzado el charco. Muchos clubes de la Euroliga han tenido que alimentarse de lo mejor de la Eurocup, y los de la Eurocup elegir lo mejor de peldaños inferiores. En apariencia, por tanto, el nivel del baloncesto europeo podría verse disminuido. Y más aún con la llegada de una nueva competición continental de la FIBA, lo que reducirá la competencia en la Eurocup.
En esa marejada el Gran Canaria ha hecho sus deberes. Se ha reforzado con cuatro jugadores y los cuatro tienen un mismo patrón: el poderío físico. Para sustituir la delicadeza y el talento de Kevin Pangos ha llegado la calidad y la fuerza de Bo McCalebb. Por DJ Seeley no ha habido refuerzo gracias a la recuperación de Kyle Kuric. Para suplir la veteranía de Brad Newley el Herbalife ha apostado por el joven Royce O'Neale, un alero que es pura fibra y que ha maravillado en la pretemporada. Y por dentro, para sustituir la marcha de Alen Omic y de Savané -leyenda a la que no se le prolongó el contrato- han aterrizado el veterano Richard Hendrix, que viene de una mala experiencia en el Maccabi Tel Aviv, y el joven pero ya curtido Darko Planinic.
Entre todos ellos hay un nombre que sobresale: Bo McCalebb. El estadounidense con pasaporte macedonio tiene una gran experiencia en la Euroliga, competición en la que ha sido una vez máximo anotador y en dos ocasiones ha entrado en el segundo mejor quinteto de la temporada. Casi nada. Es, posiblemente, el jugador en la historia del Gran Canaria que ha aterrizado con un mejor currículum bajo el brazo. Y no llega con una edad excesivamente elevada. Con 31 años está en un momento acorde para seguir marcando diferencias siempre y cuando las lesiones le respeten.
Su capacidad para anotar desde la nada, para repartir asistencias, para penetrar, para acertar desde la linea de 6,75 metros, para recuperar balones, para decidir en los últimos minutos son argumentos al alcance de muy pocos en la Liga Endesa, sobre todo más allá de Barcelona y Real Madrid. Con McCalebb incorpora el Granca una característica que le faltaba en los últimos años ya que va a contar con un jugador con capacidad para ganar partidos por sí solo, como podía hacer Jaycee Carroll. Se ha hecho, en resumen, con una pieza con potencial para convertirse en una de las mejores individualidades de la liga.
Royce O'Neale también es una roca. En pretemporada ha demostrado ser un jugador muy completo. Aporta rebote, espectáculo para jugadas de museo, intensidad defensiva y penetraciones en las que impone su poderío. Con 23 años destacó el curso pasado en Alemania, en el MHP Riesen Ludwigsburg, su primera experiencia en Europa y donde promedió unos números notables de 8,9 puntos, 4,7 rebotes y 1,2 asistencias.
Y por dentro, más fuerza. Porque aparte de Hendrix y Planinic también está Anzejs Pasecniks, un año más hecho y más musculado, una de sus asignatuas pendientes para imponer su altura. Si el año pasado aprendió de Savané, este curso Hendrix puede ser otro buen profesor. Con 29 años, el de Alabama cuenta con una dilatada trayectoria en equipos de alto nivel como Maccabi Tel Aviv, Lokomotiv Kuban o Unicaja de Málaga. En España también tuvo una primera aventura, allá por la 2009-10, con el Granada, donde promedió 13 puntos y 6 rebotes. Su inteligencia y elegancia para jugar por dentro va a dar mucho al equipo.
Tampoco tuvo un gran año Darko Planinic, que estuvo a la sombra de Ioannis Bourousis y apenas promedió en la Liga 4 puntos en 10 minutos. Pero el croata, de 26 años, demostró su potencial con una gran actuación en los Juegos Olímpicos, en los que frenó incluso a Pau Gasol. Con 2,11 metros cuenta con cualidades para resistir a los mejores pívots de la Liga, lo que le faltó a Alen Omic el curso pasado. El Gran Canaria, otra vez, se ha reinventado.
