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Alarma amarilla en Málaga

El Granca suma su cuarta derrota consecutiva al caer ante Unicaja tras un tercer cuarto para olvidar

Royce O'Neale, jugador del Herbalife Gran Canaria, ejecuta un mate. Eran los primeros minutos del partido; las cosas aún no se habían torcido para el cuadro amarillo. CARLOS GUERRERO-LOF

Las primeras jugadas de cada cuarto fueron el resumen total del partido. En el salto inicial se perdió el balón en una carencia de lucha por capturarlo tras salir rechazado; en el segundo, se erró un triple mal seleccionado de Aguilar; tras la reanudación, McCalebb perdió la bola en la primera subida; y el último se empezó con un tapón de N'Diaye a Hendrix. Con la guinda final para cerrar el encuentro con un mate del novato Okouo, ante la insólita mirada de los hombres de Casimiro.

Desacierto amarillo y exhibición malagueña. Así se leyó el partido. Si bien el 0-4 inicial del Granca podía augurar que el equipo llevase el peso del partido, pronto apareció Nedovic con un triple para avisar de sus intenciones en el encuentro de ayer en el Carpena. El Herbalife se encontró con el primero de sus problemas, defender al serbio, que hizo lo que quiso en la pista malagueña.

En los primeros compases se pudo ver la falta de ideas con la que el Herbalife se está definiendo en este comienzo de liga. Oliver, que empezó ayer en el quinteto titular, se le notó inquieto en cuanto a marcar jugadas. Muchas de ellas no se terminaban de completar y conllevaban una mala selección de tiro, que unido al desacierto de los jugadores de Joan Plaza, no se incrementaba el marcador para ningún equipo.

A tirones. Ratos de racha, mezclados con desconexiones en pista. Con 13-10 en el luminoso, los insulares tuvieron su mejor parcial del partido: 3-10, con un Kuric muy acertado de cara al aro y que se iba hasta los 8 puntos en el minuto 9 de partido, después de anotar su primer triple del partido. Y ocurrió uno de los factores que ayer pudo haber determinado el partido. Nedovic se retiraba de la pista tras haber sufrido un choque fortuito y dada la manera en la que cojeaba, no se le intuía regreso alguno.

Con el comienzo del segundo cuarto llegó la máxima diferencia de los claretianos. Un triple de Salin, una canasta de Rabaseda y un palmeo de Planinic, elevaron a 7 la distancia entre amarillos y andaluces (20-27). El Herbalife dominaba el rebote ofensivo, y parecía controlar en defensa al Unicaja. Un oasis momentáneo en el que se perdió el Granca.

Sumergidos en esa confianza, se produjo la jugada que define ciertos aspectos de la dirección del equipo. Aguilar recibe un golpe en la rodilla tras fallar un tiro el Herbalife y se queda descolgado en el repliegue defensivo. Inferioridad numérica, pero Unicaja pierde la bola. Momento para pedir tiempo muerto. No llega. Con un hombre menos en disposición se continúa el ataque. Falla Planinic una entrada a canasta y da un manotazo que significa la técnica al croata. Una cadena de errores que dio aire al conjunto malacitano y encadenó un 11-2 para dar la vuelta al marcador (31-29 Min. 16.)

Las molestias de Aguilar y la carga de faltas de Báez dieron paso a Pasecniks al puesto de 4. Al joven pivot nadie le cuestiona su enorme talento, aunque la falta de lectura de juego en momentos clave da inestabilidad al equipo. Así se pudo ver la primera arenga de Casimiro. Una mirada fija al imberbe letón y unos aspavientos acompañados de unas palabras presagiaban el intento de sacar lo mejor de él. A lo que contestó posteriormente con un triple desde la esquina. Todo lo que ayer sacó en pista. De esta manera se llegó al 37-36 de la primera mitad.

Malas vibraciones

El tercer cuarto. Ese mal histórico del Granca. Otra vez. Nedovic reapareció en el Carpena y se puso el traje de superhéroe, o hasta de superbrujo, porque fue el encargado de invocar el maleficio del tercer periodo que persigue a los insulares. El serbio endosó doce puntos a su cuenta en este cuarto. Repartió asistencias a sus compañeros, bailó al son de la charanga malagueña y puso a su parroquia en pie.

Inició el Unicaja la segunda mitad con un parcial 14-4. Casimiro y el cuerpo técnico mostraban su disconformidad con la falta de brega de sus hombres en pista. Hasta en cuatro ocasiones consiguió palmear el Unicaja un balón en el aro amarillo. Sólo la reacción de Rabaseda en este cuarto pudo aguantar a duras penas el tipo. Ni la presión en toda la pista comandada desde la línea de banquillo surtió efecto alguno para parar la sangría malagueña, que cerró el cuarto con un triple de Lafayette para poner el 67-53.

Tal como acabó el tercer periodo, prosiguió el último del partido. Turno para Lafayette, que comandó la nave de Plaza hasta el +16 que se mantuvo hasta el minuto 34, en el que el Granca consiguió sus primeros puntos sin ser desde la línea de tiros libres con un triple de Aguilar. La expiración del encuentro fue la de ver las caras de los jugadores amarillos en el banquillo mostrando el amargo sabor de la derrota. Todo ello acompañado de la exquisitez de Nedovic en el parqué para llevar el jolgorio a la afición local, quienes le correspondieron con cánticos de MVP. Las dos caras de la moneda.

Se cerró el partido con el definitivo 89-78 tras el mate de Okouo, que hurgó en la herida de un equipo que viaja sin rumbo en Liga, y que tiene la oportunidad de resarcirse, primero en Rusia en la Eurocup y segundo, en casa ante el Fuenlabrada. Un partido en el que el Arena dictaminará el estado de ánimo y mostrar si se sabe estar a las duras y a las maduras.

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