Francisco Novoa, de 61 años de edad, y su hijo Fernando, de 19, protagonizan una de esas historias curiosas que depara una prueba de la magnitud del Cajasiete Gran Canaria Maratón. Se cruzaron el charco para poder participar en la cita más multitudinaria de Canarias de atletismo, un deporte que les apasiona. Aprovechando que enero es el mes tradicional de vacaciones en su país, Argentina, tomaron un vuelo hasta Roma para desde allí enlazar con España. Su destino final, suelo grancanario.

Habituales atletas de pruebas de pista en su ciudad, Buenos Aires, el progenitor buceó a través de Internet para encontrar una carrera de este estilo, de ruta. Pensaban venir a Europa y él personalmente ya conocía la Isla, donde disfrutó de la luna de miel de su primer matrimonio en el año 1980.

Agarraron los bártulos destino al Cajasiete Gran Canaria Maratón, vía Italia pues los billetes salían más baratos -"algo que no comprendo muy bien "-. El joven tenía una misión, ejercer como liebre de su padre en la carrera de los 21 kilómetros, el medio maratón. Misión cumplida, cruzaron la meta en las inmediaciones del Auditorio Alfredo Kraus. Francisco, el veterano de la pareja, acababa contento con su marca: 1 hora y 42 minutos. El joven, menos, porque tenía la única intención de marcarle el ritmo más adecuado a su padre.

Su historia también viene como anillo al dedo para ejemplarizar otra de las vertientes del Cajasiete Gran Canaria Maratón, o sea, que más allá de su potencial deportivo sea un evento que puede actuar de reclamo turístico. "Nosotros vamos a estar un total de once noches en la Isla", apunta Francisco.

Esos dos habituales de la distancia de 1.500 metros en su país, donde actúan como atletas federados en sus respectivas categorías, hasta ayer solo habían corrido una prueba de larga distancia fuera de sus país anteriormente, aprovechando también su periodo vacacional. "En Estados Unidos participamos en una carrera de cinco kilómetros", manifestaba el progenitor.

Durante su estancia en Gran Canaria, pudieron entrenarse en las pistas del Estadio de Vecindario, "muy lindas y donde contamos con la ayuda de un atleta local, Alejandro Santana, que ganó la prueba de 10.000 metros en 2016 en el Cajasiete Gran Canaria Maratón".

Ambos apuntan que en su país también en los últimos tiempos el correr está de moda y que proliferan las pruebas atléticas. "El Maratón de Buenos Aires, en el mes de octubre, es el más famoso; también tiene fama una prueba similar a ésta porque transcurre al lado de la playa, en Mar del Plata", explica Francisco.

A la hora de hacer una valoración sobre su experiencia en el Cajasiete Gran Canaria Maratón, ambos coinciden en que ha resultado bastante positiva. "Se trata de una carrera atractiva, con un clima ideal y un circuito muy vistoso, todo cerca del mar, con un trazado sin ningún repecho grande y bastante rápido", señala el más joven de esta pareja de argentinos.

También le pusieron un notable como nota a la organización del evento grancanario, aunque reconocen que se pueden mejorar aún en pequeñas cosas. "Por ejemplo, no se les facilita agua a los atletas antes de la salida, cuando tras el calentamiento necesitás también hidratarte. Otra cosa que vimos es en la largada -salida-, donde se produce mucha aglomeración y te retrasa", explica Fernando.