Un histórico venido a menos. Esta frase define a la perfección la situación actual que atraviesa la UD Telde, club que cuenta con más de 50 años de historia y es uno de los pioneros del grupo canario de Tercera División. Vive horas bajas en lo deportivo después de que al inicio de la temporada se viera al borde de la desaparición debido a la gravedad de su situación económica, un problema que lleva enquistado en la entidad desde hace muchos años y que se ha recrudecido en los últimos tiempos.
Los albores de la actual campaña barruntaban un ejercicio muy duro para el máximo representativo teldense. La confirmación de su presencia en la parrilla de salida se dilató ante una crisis institucional que se agudizaba el pasado verano. No había nadie dispuesto a tomar las riendas tras la renuncia de la junta gestora que presidía Migdalia Rodríguez.
Entonces, una nueva gestora encabezada por el socio más antiguo, Liberto Garavito Cabrera, el más joven, Jonathan Alsola, y un vocal, Pablo Monzó, daba un paso al frente para evitar la desaparición. En noviembre, estos presentan una candidatura a última hora para oficializar la nueva junta directiva, con Garavito como máximo responsable y Monzó como vicepresidente.
La premura con la que se planificó la actual temporada, por las causas anteriormente comentadas, ha redundado negativamente en la marcha de los equipos del club, algo que incluso se esperaba. Su máximo representativo refleja esa situación. Farolillo rojo de la clasificación de Tercera División, tiene bastante complicada su continuidad en la categoría en un campaña que está siendo rocambolesca.
Hasta tres entrenadores han pasado ya por el banquillo. Rafael Torres Baena fue el elegido para dirigir un proyecto lastrado desde el inicio. Su cese llegaba con prontitud, en el mes de septiembre, y de manera convulsa: se le comunicó justo antes del choque de la sexta jornada liguera, que la UD Telde debía disputar frente a El Cotillo en el Pablo Hernández, y llegó forzada por los propios jugadores de la plantilla, según trascendió. Pablo Torres Vega se convertía en el nuevo técnico, pero su andadura concluyó también antes de lo previsto. El mes pasado anunciaba su renuncia por motivos personales y de salud. José Manuel Trinidad le sustituía en el cargo.
El conjunto teldense se encuentra ahora en la última posición de la tabla clasificatoria, a trece puntos de la salvación. Tiene, pues, todos los boletos para dar con sus huesos en la Preferente, lo que supondría el adiós de uno de los pioneros del grupo canario, donde ha disputado más de mil partidos. La UD Telde fue uno de los dominadores de la categoría desde su nacimiento en los años 80 y su trampolín hacia la Segunda B, donde militó durante cuatro temporadas a finales de esa década.
Otro paréntesis de la entidad en Tercera División llegaba en la campaña 2005-06. Descendió a Preferente e incluso a Primera Regional. En el curso 2011-12 volvería a recuperar su sitio. Si no se produce un milagro, este idilio volverá a romperse en el presente ejercicio. A pesar de lo mal que pintan las cosas, jugadores, técnicos y directivos aún no arrojan la toalla.
"Este fin de semana tenemos un encuentro clave. Visitamos al Santa Úrsula y si ganamos igualaríamos con ellos, que van penúltimos. Quedan diez jornadas por delante y además tenemos un partido pendiente. Esto es fútbol y todo puede pasar", apunta Pablo Monzó, vicepresidente de la UD Telde.
El dirigente remarca que desde que tomaron las riendas del club se han encontrado muchas bombas. La principal, la deuda económica reconocida, que en junio se fijaba en 92.000 euros. Con una política exhaustiva en cuanto al control del gasto, esperan que al finalizar el presente ejercicio hayan conseguido reducir ese déficit en un 40%. "Esta semana vamos a abonar los 16.000 euros de la deuda reconocida que existe con el expresidente Cándido Cabral, algo muy importante para nosotros", manifestaba.
Pablo Monzó reclama una mayor implicación del Ayuntamiento local con la UD Telde, entidad que ahora cuenta con unos 70 socios y más de 200 deportistas bajo su paraguas. Solicitan al consistorio y al Cabildo colaboración para mejorar el césped artificial y la iluminación del estadio Pablo Hernández. Explica también que se está intentando poner en marcha iniciativas que ayuden a recaudar fondos, como un encuentro ante la UD Las Palmas a finales de marzo. El vicepresidente expone que la intención de la actual junta, en el plano deportivo, pasa por planificar ya desde el próximo mes de abril la temporada que viene.
