Lo lograron. Sueño cumplido. Sergio Alonso, José Ramos y Ricardo Suárez aterrizaron ayer en Gran Canaria con la satisfacción y el regocijo de llevar colgadas a su pecho las medallas de finisher, las que les acreditan como que traspasaron la meta de una de las pruebas más prestigiosas del mundo: la Maratón de Nueva York, que disputaron este pasado domingo en la ciudad de los rascacielos.
"Ni que decir tiene que estamos supercontentos", indicaba ayer, casi que desde la escalerilla del avión, Sergio Alonso en nombre propio y de sus compañeros. "Y lo estamos no sólo por llegar a la meta y traspasarla, sino por haberlo hecho en buenas condiciones, sin sufrir demasiado -porque en toda maratón se sufre-, a tenor de cómo vimos acabar a muchos otros compañeros y compañeras participantes, de entre los casi 50.000 corredores que tomaron la salida".
"Ha sido una experiencia única", señala Sergio, quien añade: " Richy -por Ricardo- es un verdadero crack. Invirtió 3.42.34, lo cual es un tiempazo. Mientras, José hizo 4.26.26 y yo 4.30.51, lo cual tampoco está nada mal para nuestra edad y teniendo en cuenta que la media está en cuatro horas y media, por lo que estuvimos ahí".
Los tres indican que ha sido una experiencia para repetir, pero, por sobre todo, destacan "el gran ambiente existente en las calles de Nueva York, con miles de personas apoyándote y gritando tu nombre, que llevábamos en las camisetas, contrastando tan sólo la zona de Queens, la zona judía, donde apenas había algún que otro rabino paseando parsimoniosamente".
La prueba en sí, comentan, fue bastante dura, como ya esperaban, "pero un poco más porque se disputó bajo la lluvia durante unos 30 kilómetros. No era una lluvia intensa, pero si continua, y eso te hace que la carrera tenga más dificultades. Lo bueno es que nos sentimos muy arropados en todo momento, lo cual fue muy emocionante, y que los avituallamientos fueron excelentes".
En este sentido, Sergio indica que "en una prueba como ésta, aparte de estar bien entrenado para competir, y nosotros fuimos en buena forma -entrenados y asesorados por verdaderos profesionales-, tienes que calibrar muchísimo tus fuerzas. Por eso, además de ingerir agua cada hora, tuviésemos o no sed, también ingeríamos alimentos para no deshidratarnos y mantener altas las sales. Yo, por ejemplo, llevaba un gel confeccionado por mi mismo a base de plátano, uva, arándano y frutos secos. José llevaba los suyos y Richy también, y esto es una gran ayuda para llegar a la meta y cumplir tu objetivo". Un sueño que ya es toda una realidad. Una muy grata realidad.
