La firma atribuye gran parte de las presiones sobre los precios de los productos agrarios a "la introducción de la energía en la ecuación de los alimentos", y menciona concretamente la producción de etanol, que ha presionado al alza los precios del maíz a niveles históricos en Estados Unidos como consecuencia del bajo nivel de plantaciones.

Esta escalada de precios se ha producido como consecuencia, en primer lugar, de restricciones globales de producción alimentaria y cambios en los modelos de producción. Además, el continuado desarrollo de los países emergentes hace que la demanda de energía sea muy sólida, lo que hace que la búsqueda de energías alternativas siga presionando al alza los precios de los alimentos.

En cualquier caso, Merrill Lynch afirma que la inflación de los precios agrarios seguirá constituyendo un factor de peso en la evolución de los precios en los próximos años.